Érase una vez una pareja y un niño perdidos que vieron al lobo en un monte de Redes y tuvieron que ser rescatados por una cuadrilla de vecinos y bomberos. Suena a cuento, pero no lo es. Es el relato de la angustiosa experiencia vivida por una familia de Castrillón que comenzó al mediodía una ruta de montaña, en la zona del Pico Cuyargallos, con una duración media de siete horas. Se les hizo de noche, se desorientaron y se asustaron al encontrarse con un cánido salvaje.

Fue entonces, en torno a las seis de la tarde, cuando llamaron al Centro de Coordinación de Emergencias del 112-Asturias. “En la llamada explicaron que se habían desorientado y no podían descender del lugar en el que se encontraban”, explican desde el SEPA. De inmediato movilizaron a tres miembros del parque de Bomberos, pero el rescate no era fácil. “Era de noche y no es fácil orientarse en la zona, por eso hubo vecinos que decidimos echar una mano a los bomberos”, explica el alcalde de Sobrescobio, Marcelino Martínez, que formó parte de la cuadrilla.

En un primer contacto con el grupo de rescate, la familia aseguró que “creían estar viendo a lo lejos Soto de Agues”. Poca pista para tanto monte. “Los bomberos, que contaron con la colaboración de los vecinos y el Alcalde y un concejal del pueblo (Iván Rodríguez Armayor), comprobaron que la zona que podían estar viendo no era Soto de Agues, sino Ladines”. Siguieron en contacto telefónico con ellos, hasta que los dieron por localizados: eran las siete menos diez de la tarde. Noche ya cerrada en el parque natural de Redes.

Estaban, además, en una zona de muy difícil acceso. “Es un lugar en el que, hace unos años, perdió la vida un montañero madrileño”, explicó el Alcalde. Por eso, el regidor avisó a los bomberos de que irían acercándose a la cima del pico para cuando pudieran sacarlos”. Los bomberos llegaron hasta los excursionistas que se encontraban en un terreno escarpado y muy pendiente, a las 20.44 horas”, explicaron desde el SEPA. La operación fue complicada: tuvieron que ponerlos a salvo uno a uno para iniciar el acceso a la cumbre.

El Alcalde había acercado al máximo el todoterreno del Ayuntamiento, pero la cuadrilla tuvo que hacer un buen trecho a pie. Se encontraron en la cima, y fueron bajando “por el lugar más seguro posible”. Finalmente, los bomberos dejaron a los afectados donde tenían estacionado su vehículo. Era la una y media de la madrugada. El operativo duró más de siete horas.

El episodio fue muy comentada ayer por los vecinos. Que, con el alivio de saber a la familia ilesa, pronunciaron algún consejo: “No se puede guiar uno por lo que lee en internet de la montaña. Hay que conocerla”. En cuanto al avistamiento del lobo, aseguraron que había “pasado muy cerca de ellos y se asustaron”. “Son cosas que pasan en el monte”, matizaron participantes en la cuadrilla. Y colorín... afortunadamente, el “cuento” acabó bien.