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Los ecologistas consideran viable dar un mayor uso lúdico a los ríos de Mieres

La Coordinadora Ornitolóxica destaca la recuperación ambiental de los cauces y plantea actuaciones como estanques para aves y playas fluviales

Patos en el río San Juan a su paso por Mieres.

Los ecologistas ven viable un mayor aprovechamiento lúdico de los cauces fluviales de Mieres. La recuperación ambiental de los ríos permite, a su juicio, plantear posibles actuaciones orientadas a facilitar que estos espacios se incorporen aún más a la vida de la ciudad y del concejo.

“Es viable proyectar nuevos espacios de ocio y de recreo en los entornos de los ríos”, explica Clemente Álvarez, presidente de la Coordinadora Ornitolóxica d’Asturies (COA). Por ejemplo, los ecologistas ven viable establecer derivaciones desde los cauces para habilitar pequeñas lagunas en las que se pueda contemplar la creciente población de aves que albergan los cauces del concejo. “No son actuaciones muy costosas y lo más complicado posiblemente sería encontrar los espacios adecuados”, apunta Álvarez. En este sentido, los ecologistas ven potencial en terrenos sin uso como, por ejemplo, los existentes entre el polideportivo de Oñón y el canal del río San Juan. Incluso apuntan al entorno de la escombrera de Reicastro, cuyo uso industrial lleva bloqueado desde hace más de una década.

Los ecologistas ven posible incluso habilitar playas fluviales en el tramo urbano del río Caudal, una iniciativa que llevaba el PSOE en su programa electoral: “Si se hace bien, no tiene por qué ser malo para el cauce. Incluso pueden ser positivas, desde un punto de vista ambiental, actuaciones que permitan oxigenar las aguas”.

La mejora ambiental de los ríos está más que constatada en Mieres. El Caudal cambió de color hace ya un cuarto de siglo, una mutación cromática que trajo un vigoroso resurgir ambiental. El ambicioso proyecto de canalización y saneamiento que culminó hace un cuarto de siglo convirtió el cauce que transcurre entre Ujo y Ablaña en un armonioso fluir de aguas cristalinas. El río negro dio paso a la vida. Actualmente hay más de medio centenar de especies de aves nidificando. Garzas y patos conviven con especies que pasan más desapercibidas, como la pequeña lavandera blanca. Se trata de un tesoro natural que aumenta el atractivo de la senda fluvial de Mieres, que transcurre entre Ujo y Ablaña.

También el arroyo San Juan ha revivido tras estar décadas manchado por el carbón. La Coordinadora Ornitolóxica d’Asturies ha censado la presencia de un centenar de patos en el tramo urbano de este afluente del Caudal, que atraviesa todo el ancho de la ciudad de Mieres, desde el cementerio de La Belonga hasta el Batán. Este colectivo sostiene que esta nutrida población, junto a la presencia de ejemplares de otras aves, pone de manifiesto el éxito de la recuperación ambiental del cauce.

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