La Agrupación Vecinal de Mieres busca tener una mayor presencia a nivel local y participar en la toma de decisiones. Arsenio Díaz Marentes cumple ahora cinco años al frente del colectivo, que tomó forma a finales de 2015. Durante este lustro, la entidad ha redactado varios proyectos y ha batallado para la rebaja del IBI en la zona rural. En lo referente a la crisis sanitaria, las asociaciones están haciendo desde hace semanas un seguimiento diario a la evolución de la pandemia en la comarca. Afirman que los datos son “muy preocupantes”. Díaz Marentes llama a la responsabilidad de los ciudadanos de cara a las fiestas navideñas para prevenir una tercera ola del coronavirus en la comarca.
–¿Qué valoración hace de la respuesta ante esta segunda ola del covid-19?
–La gestión sanitaria en una situación como esta es compleja y resulta difícil de articular debido al impacto causado por la pandemia. Pero a nuestro entender, los medios con los que se cuentan son insuficientes para cumplir estrictamente las normas establecidas por las autoridades sanitarias.
–¿Perciben que hay una parte de la ciudadanía no concienciada del peligro?
–En una situación extrema como es esta pandemia es preciso un alto grado de concienciación ciudadana y este requerimiento, al menos en Mieres, no se cumple. Por eso hemos remitido un comunicado a todos los ciudadanos llamando a la responsabilidad para cumplir las normas establecidas por las autoridades sanitarias. Los datos han llegado a ser alarmantes y aún no hemos revertido la situación.
–¿Es un problema de transparencia a la hora de facilitar datos?
–Consideramos, desde nuestra agrupación, que la información no llega al ciudadano correctamente y eso debilita la propia gestión. El problema es la interpretación por la precariedad de la gestión a la hora de trasmitirla. Ese es el gran déficit.
–El Ayuntamiento de Mieres aprobará un nuevo presupuesto en breve. ¿Han participado en su elaboración?
–Siendo conscientes del marco de su aplicación y la posible dificultad para su elaboración, esto no puede ser motivo para ignorar al movimiento vecinal. Algo que además significa estar incumpliendo lo acordado con nuestra agrupación.
–Interpreto que no han contado con ustedes.
–El movimiento vecinal sigue sin tener la consideración que debe en base a lo que representa. Seguimos demandando el desarrollo y aplicación del reglamento de participación ciudadana en lo relativo a la información de las comisiones informativas, conocimiento de los expedientes para su tramitación, participación activa en la elaboración de los presupuestos municipales y conocimiento de las cuentas antes de su publicación.
–¿El plan de actuaciones que en su momento elaboraron se está teniendo en cuenta?
–En lo relativo al programa que elaboramos en el año 2018 para pueblos y barrios de nuestro concejo, y siendo conscientes que la demanda era muy numerosa, superior a 500 actuaciones, intentamos ajustarnos a un máximo de tres por pueblo. En total demandamos 204 intervenciones, con el fin de poder ser realizadas con acuerdo del gobierno local con los presupuestos de 2019 y 2020, así como con el fondo de actuaciones financieramente sostenibles del Ministerio de Hacienda. A día de hoy contabilizamos sobre unas 15 o 20 realizadas. Eso lo interpretamos como un claro incumplimiento con nuestra agrupación vecinal.
–Las inmobiliarias están detectando un nuevo mercado, fuera de la región, para los pisos vacíos de las barriadas. ¿Es una realidad apreciable también en los propios barrios?
–En pueblos de nuestro concejo bien comunicados existe una gran oferta en materia de vivienda, fundamentalmente en las barriadas mineras. Estas bolsas representan un 30 por ciento de oferta por el envejecimiento de la población, que salen de sus casas para las residencias geriátricas. Estos inmuebles están siendo demandados por ciudadanos de otros lugares, de fuera de Asturias, especialmente de Madrid. Se ofrecen a precios muy asequibles, muy por debajo del mercado inmobiliario.
–¿Qué urgencias afronta Mieres?
–Nuestro concejo sigue teniendo grandes retos, especialmente el asentamiento de población, dada la pérdida paulatina de vecinos que anualmente abandona el municipio. Está claro que necesitamos impulsar el desarrollo industrial de los polígonos. También hay que avanzar en la promoción del turismo arqueológico industrial minero, que en Mieres es cuantioso y de gran calidad. No nos podemos olvidar del desarrollo rural. Es necesaria una planificación orientada a la supervivencia de los pueblos para evitar su despoblamiento, porque tienen grandes recursos ganaderos y forestales que pueden ser la alternativa al cierre de la minería.
–¿Siguen reclamando una reducción del IBI?
–El IBI es un tema prioritario para nuestra agrupación y en varias ocasiones se lo hemos reiterado al gobierno local, para que inste a la agencia regional del Catastro a que realice una nueva revisión de los valores. Entendemos que están mal calculados y eso supone que la valoración realizada esté desajustada con la realidad. Esto implica que en el año 2022 las diferencias en la valoración que supone el tratamiento del IBI en la zona rural puede tener unos incrementos de hasta del 500 por cien por los errores de valoración realizados en la revisión del 2014.
