Los paneles solares son la solución elegida para renovar el sistema energético del refugio de Brañagallones, en Caso. Así lo explicaron ayer los responsables de la Federación de Montaña de Asturias (Fempa), entidad que gestiona la instalación, propiedad del Principado. Con los paneles se logrará un doble objetivo. Por un lado, se mitigarán las frecuentes averías de los actuales generadores de gasoil, que ya han provocado varios apagones. Por el otro, se conseguirá una energía más barata y sostenible en un paraje emblemático, enmarcado en el parque natural de Redes.
La Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo ha reservado una partida de 260.000 euros para la actuación, aunque no ha detallado por ahora El Principado se ha limitado a exponer que se trata de un “proyecto de reconversión energética hacia el autoconsumo sostenible con energías renovables” del refugio.
“No hemos hablado con ellos del tema todavía, pero tienen que ser los paneles solares porque es la misma inversión que se había puesto sobre la mesa en cuestiones anteriores cuando se planteó el tema”, indicó ayer Juan Rionda, presidente de la Fempa, que añadió. “Las averías de los generadores son constantes y ya ha habido dos fugas de combustible. Ahora hay un problema añadido, que se introduce aire en la conducción, que está soterrada, y no se sabe por dónde entra”. El responsable de la entidad agradeció el compromiso inversor del Principado con Brañagallones y con los refugios de Picos de Europa que también gestiona la Fempa.
Los paneles solares –“que supondrán un ahorro en mantenimiento al bajar la compra de gasoil”, según argumentó Rionda– no fueron la única opción que se puso sobre la mesa en los últimos meses para tratar de solventar los problemas energéticos del equipamiento. La Federación también planteó instalar una turbina hidráulica que aproveche la abundancia de agua de la zona para producir energía y suministrar electricidad al equipamiento. La captación sería a unos dos kilómetros, junto a la zona donde nace el río Monasterio. Allí hay varias fuentes y una de ellas “tiene agua en abundancia”. El desnivel desde Valdebezón al refugio es de unos 200 metros.
El refugio de Brañagallones funcionó previamente como parador. El Principado desembolsó 1,1 millones de euros (más una cantidad similar para mejorar el acceso) para que abriese sus puertas en agosto de 2006 como hotel, después de 14 años cerrado. Los fallos en el sistema eléctrico y el deterioro del tejado, que causó la aparición de goteras, provocó que estuviese varios años cerrado. La empresa que gestionaba el complejo demandó al Principado que solventase los desperfectos. Funcionó durante cuatro años hasta que una avería eléctrica truncó su camino. En 2016 reabrió como refugio gestionado por la Federación de Montaña de Asturias.
El refugio
- Inversión. La partida asignada para renovar el sistema energético de Brañagallones es de 260.000 euros.
- Ahorro. Los paneles solares permitirán un importante ahorro a los gestores en la compra de gasoil para los generadores.
- Averías. Los generadores sufren actualmente frecuentes averías que han provocado varios apagones.
