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La “vitrina de piedra” del Picu Seana

Placas, figuras religiosas, buzones de montaña y un belén que se instala cada año adornan la emblemática cima de Mieres

El belén de cumbres. D. M.

El Ayuntamiento de Mieres colocó el 3 de octubre de 1999 una placa en el mirador del Picu Seana en homenaje al grupo local de montaña de la Guardia Civil (GREIM). El reconocimiento se hizo coincidiendo con su vigésimo quinto aniversario. Fue un sentido homenaje a esta unidad de rescate, pero al tiempo fue un reconocimiento al enclave elegido para colocar el eterno recuerdo. En lo alto de la montaña que ofrece refugio a Mieres de las galernas del Cantábrico se suspende un balcón que se erige como el más nítido mirador desde el que contemplar el gastado valle industrial del Caudal.

Unos años más tarde del reconocimiento al grupo local del GREIM de Mieres, a unos pocos metros, se colocó otro emotivo distintivo. En este caso, el gesto respondía al propósito de perpetuar el recuerdo de José Luis Santos, conocido popularmente como “Lupas”, cuyo fallecimiento dejó entonces huérfanas a la Jornadas de Montaña de Mieres. A su muerte, siguieron pésames de aficionados y profesionales de todo el mundo. Era un enamorado de la montaña, que ahora ya tiene el mejor recuerdo posible: un lugar especial para él, en el alto de uno de los montes más emblemáticos de Mieres.

De esta forma, el lugar, hasta entonces un páramo para el recogimiento sin más adornos que la fría roca que corona el monte, se fue convirtiendo en una insospechada vitrina. Un escaparate que, poco a poco, se ha ido llenando de “objetos”.

Actualmente el peñón del Picu Seana parece un aparador lleno de objetos cargados de valor emocional. Junto a los ya citados recuerdos, se han ido colocando otros distintivos en recuerdo de personas también fallecidas, algunas en trágicos accidentes. De este mismo modo, se han incrustado en la roca figuras religiosas y también dos buzones de montaña. Se trata de una iniciativa que permite que los senderistas dejen sus reflexionas escritas en pequeños trozos de papel. El lugar acoge cada invierno un belén de cumbres. Es el nacimiento que elaboran con cuidado y esmero los usuarios del centro social de personas mayores de Mieres.

Las vistas desde la cima del Picu Seana. D. M.

El Picu Seana ha sido siempre un punto de encuentro para montañeros y senderistas. “Posiblemente sea el lugar más conocido y emblemático de la red senderista de Mieres”, explica el veterano montañero Ángel Fernández Ortega. El federativo entiende que este mirador se haya convertido en un espacio para el recuerdo y las ofrendas, un lugar especialmente entrañable para visitantes y montañeros. “Posiblemente ofrece las mejores vistas del concejo de Mieres y, además, goza de un acceso muy sencillo, apto para todos los públicos, ya que incluso se puede llegar en coche”.

Recorridos

Son varias las rutas que se pueden seguir desde el casco urbano de Mieres para subir al Picu Seana, todas ellas con un recorrido de aproximadamente cinco kilómetros. Y en la cima no tiene por qué terminar la jornada. A partir del alto, se puede conectar con la senda que conduce a Peña Regá y, posteriormente, el Llosorio. Este trayecto ofrece espectaculares panorámicas de toda la zona centro de la región, al igual que de la sierra del Aramo y, más al Sur, de las Ubiñas.

“Fue de las primeras zonas de Mieres que fueron señalizadas y ofrece muchos atractivos para el senderista”, señala Fernández Ortega. Quien busca una postal de Mieres, en el mirador de Seana descubrirá la más bucólica. Abajo, el alargado valle. Y a la espalda, una vitrina llena de recuerdos.

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