Merecen el título de exterminadores de la avispa asiática (vespa velutina). La Asociación Allerana de Apicultores –una de las más tradicionales en la región– eliminó durante la anterior campaña 146 nidos en el concejo. Si cada uno cuenta con entre 5.000 y 10.000 ejemplares de la invasora, la cuenta casi asusta: más de un millón de avispas asiáticas exterminadas. “Nuestra idea es seguir trabajando, como hemos hecho hasta ahora, de cara a este año”, afirmó Jesús Tejón, miembro de la directiva de la entidad.

El concejo de Aller era uno de los municipios de Asturias con más tradición en apicultura. Pero la aparición de la avispa asiática hizo que muchos vecinos que tenían pocos colmenares, todos para producir miel casera para consumo propio, abandonaran: “Esa tradición sí se está perdiendo a causa de la aparición de esta plaga”, señaló Tejón. Los grandes productores, en cambio, lograron salvar la última temporada.

Gracias a un trabajo rápido y bien coordinado. “Durante la primavera trabajamos ya en la captura de reinas”, explicó Tejón. Se repartieron unas “trampas” caseras que, hasta el momento, han dado muy buen resultado: fabricadas con una botella de plástico, maña para agujerearla y un poco de zumo en el interior. Sencillo el invento e inmejorables los resultados: “Así cazamos 6.000 reinas, que estaban a punto de anidar”.

Por cada reina sale un nido. Esto significa que, ya antes de comenzar la temporada de verano, los apicultores alleranos habían impedido la formación de 6.000 nidos de la invasora. “A pesar de ello, su expansión es tan rápida y feroz que tuvimos que hacer una ardua labor de coordinación y de exterminio para terminar con todos los nidos que fueron apareciendo”, reconoció el portavoz de la Asociación Allerana de Apicultores.

En un pajar, en una cabaña que llevaba años vacía, en el tejado de una vivienda habitada. “Los nidos se pueden encontrar por todas partes. Hasta debajo de la tierra, por eso tenemos que ser constantes para evitar que ocurra un accidente grave”, destacó Tejón. La picadura de la avispa asiática puede ser peligrosa. En el concejo de Aller se han registrado ya varios accidentes que se saldaron con hospitalizados.

Un nido localizado en la comarca.

El primer suceso ocurrió en 2014, cuando un vecino de Oyanco estaba cortando leña en su finca de Corigos. De uno de los troncos, tal y como relató él a LA NUEVA ESPAÑA, “salió como una nube negra y empezaron a picarme”. Tuvo que ser atendido por los sanitarios de la ambulancia y trasladado al hospital Álvarez Buylla, donde precisó un día de ingreso. También lo sufrió Miguel Gómez, un vecino de Boo. Iba con su caballo por el monte cuando fue sorprendido por la especie invasora. Fue atendido de urgencia en el ambulatorio de Moreda, donde le administraron medicación para evitar un shock anafiláctico (una reacción alérgica muy grave, que puede ser mortal).

En la localidad de Boo, apunta Tejón, es donde más nidos de avispa asiática han aparecido. Solo durante el verano, la Asociación de Apicultores coordinó la retirada de 24 nidales de la invasora: “No sabemos por qué puede ser, pero lo cierto es que es el pueblo más afectado por el avance de esta especie”. También en Cabañaquinta, donde los bomberos tuvieron que realizar varias intervenciones en la misma casa para eliminar por completo un nido que se formaba una y otra vez.

“Es una especie invasora que ataca a las abejas, que son uno de los animales más importantes para mantener los ecosistemas”, explico Tejón. Es por eso que han seguido trabajando durante la crisis del covid-19 y ya buscan fórmulas para que este año la actividad no se pause.

“Estamos ideando un programa de formación y concienciación al que queremos que acceda todo el mundo”, afirmó. Como siempre, reclaman más apoyo del Principado: “Todo lo que está pasando ahora lo podríamos haber evitado. Ya veníamos avisando...”, concluyó el apicultor.