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Los aullidos de queja se trasladan a Oviedo

Las perrera de Mieres transfiere a la de La Bolgachina la tensión entre voluntarios y el adjudicatario por la gestión y cuidado de los canes

Voluntarios de la perrera de Mieres, durante una protesta.

Los problemas son como las nubes: que el viento los mueva no significa necesariamente que desaparezcan. El albergue de animales de Mieres lleva tres años en un permanente estado de crispación, con los voluntarios enfrentamos al gestor de la concesionaria. Justo cuando en Mieres parece concluir esta tensa etapa, con la inminente contratación de una nueva empresa, la borrasca que parece acompañar a la firma La Ería arrecia al alto lado del Padrún, en Oviedo tras asumir ésta el control del albergue de La Bolgachina. Un mastín se ha encargado, en buena parte, de trasladar la crisis de ciudad.

Varias decenas de voluntarios se movilizaron este pasado domingo frente al Ayuntamiento de Oviedo “por una gestión ética del albergue de animales”. En la concentración, respaldada por 47 asociaciones de defensa y protección de los animales, se quiso apoyar a la anterior directora del albergue, tras recibir ésta la carta de despido. Además, durante la concentración se reveló que el centro había suspendido, al menos temporalmente, el servicio de voluntariado.

Los truenos que ahora se escuchan en Oviedo dan continuidad a los relámpagos que antes se han visto en Mieres. Los voluntarios de la perrera de La Peña rechazaron tajantemente a finales de 2019 que la gestión del equipamiento quedase en manos de La Ería, empresa con la que ya había tenido seria discrepancia en 2017 cuando estuvo al frente del equipamiento durante un breve periodo de tiempo. “Son muchos los incumplimientos, como no respetar los horarios o no publicitar en tiempo y en forma la oferta de adopciones”, apuntaron los portavoces del voluntariado, que desde un primer momento se han mostrado suspicaces ante la posibilidad de que la perrera pudiera haber sacrificios de animales, algo prohibido en los pliegos de la adjudicación.

Los voluntarios también afirman que las instalaciones de Mieres han sido utilizadas para dar cabida a animales de otros municipios. “Lo hemos denunciado varias veces ante el Ayuntamiento”. La pasada semana pudieron constatar que un mastín del albergue de Oviedo pasó la noche en Mieres tras ser atendido en una clínica veterinaria de la ciudad, centro donde los voluntarios afirman que debía haber pernoctado. El posterior traslado del animal a Oviedo parece ser uno de los detonantes del enfrentamiento entre la empresa concesionaria de la perrera de la capital y la trabajadora en proceso de despido.

La postura de IU

La perrera de Mieres pronto pasará a manos de una nueva adjudicataria. Los voluntarios aseguran sentirse aliviados, pero piden que se abra una expediente a la empresa por el caso del mastín de Oviedo: ”Queremos que quede constancia de lo sucedido para que si dentro de uno o dos años intenta hacerse de nuevo con la gestión pueda ser excluido de la licitación”, señalan los animalistas.

Este colectivo, que ha organizado diversas protestas en Mieres a lo largo de los dos últimos años, afirma estar “decepcionado” con el gobierno local de Izquierda Unida. Afirman estar “perplejos” tras ver la reacción de la coalición en Oviedo a raíz de la polémica surgida en el albergue, denunciando “persecución laboral” y acusando a la concesionaria de “incumplimientos”. Los voluntarios de Mieres señalan que “son a grandes rasgos las mismas irregularidades que hemos denunciado en Mieres sin que el gobierno local de IU nos hiciera el más mínimo caso”.

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