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Pajares colapsa al recibir su sistema informático 3.000 reservas “en segundos” para un aforo de solo 1.200

Cientos de deportistas se quedaron sin esquiar entre quejas y colas para reclamar | El aviso de las anulaciones no evitó la avalancha de usuarios

Colas en los remontes de Pajares, ayer por la mañana.

Primero vino el temporal y luego el frío. Justo ayer, el primer día en el que en Pajares los esquiadores pudieron disfrutar de una jornada perfecta, con sol y buena temperatura, estalló la tempestad, con una ventisca de quejas. Sin alternativa para el esquí en Asturias y con la estación limitada en su aforo a 1.200 usuarios, las instalaciones recibieron, muy posiblemente, a más del doble. Incluso más. Unos cuantos cientos lo hicieron sin la validez de los fortaits que el viernes habían tramitado online. Y es que la plataforma de venta de Valgrande se vio literalmente colapsada tras recibir unas 3.000 peticiones “en cuestión de segundos”, según explico la firma que gestiona el sistema. Pese a que la dirección del complejo detectó el problema en el acto y que a lo largo de la tarde de viernes se informó a los portadores de los pases invalidados, fueron muchos los que igualmente se personaron en la estación. En unos casos lo hicieron víctimas del desconcierto y, en otros, simplemente para “probar suerte”. Esta circunstancia, junto a una masiva presencia de familias que se desplazaron a las inmediaciones de Brañillín para disfrutar de un espléndido día, acabó por generar un caos.

Covadonga Fernández y Daniel Hierro acudieron ayer a Pajares desde Gijón. Su caso ilustra perfectamente lo sucedido el viernes: “Estuvimos pendientes a que fueran la una de la tarde y se abriera la aplicación para sacar el forfait, pero al final del procedimiento dos dio error”. Hasta aquí coinciden casi todos los que se quedaron ayer sin esquiar en Pajares. “A última hora de la tarde nos llegó un correo electrónico explicándonos que la reserva estaba anulada y que la podíamos cambiar para el domingo, y así lo hicimos”. Esta joven pareja subió ayer a Valgrande para hacer esquí de fondo, sabedores de que no podrían usar los remontes.

Ambiente en la zona baja de Valgrande, ayer.

El problema es que muchos otros lo hicieron sin tener claro si al final podrían esquiar. Es el caso del grupo formado por Víctor Sierra, María González, Erick Aranda, Kevin González y Arancha Vega. Su caso es también ilustrativo. A la una entraron en la página e intentaron tramitar la recarga. “Nos dio fallo y volvimos a intentarlo”. Al final subieron con diez forfaits, cuando eran cinco. “Al término de la jornada reclamaremos la devolución”. Ellos al menos pudieron esquiar. Reconocen que ayer acudieron a la estación sin tenerlo claro: “Lo que pasa es que hay muchas ganas de nieve y había que intentarlo”. Otros muchos se quedaron sin disfrutar de las pistas. Incluso miembros de una misma familia: “Nosotros somos cinco y hemos podido esquiar tres”, explicaba la ovetense Elena Zapico tras presentar una reclamación en las oficinas de la estación, donde hubo colas durante toda la mañana: “Nos hemos pasado más de dos horas esperando turno”, lamentaba molesta Sonia García, que tuvo que volverse a casa sin esquiar.

Jaime García acudió ayer con un amigo a esquiar. Había tramitado el viernes hasta tres recargas de manera consecutiva. No le validaron ninguna. “Recibí el correo, pero no sabía si al final la última reserva había entrado, así que subimos”. Dedicó la mañana a tramitar la reclamación de la devolución del importe. Estaba molesto con la “lentitud”, pero también asumía cierta culpa: “A la una de la tarde en punto estaba dentro de la aplicación y, al ver que no me aceptaba el trámite, insistí varias veces. Me daba como que me cobraba pero, al final me rechazaba. En otras condiciones no hubiera insistido tanto, pero es que teníamos muchas ganas de subir a esquiar”. Otros, por contra, cargaban toda la responsabilidad al servicio de venta de la estación: “Si abren a la una y hay aforo limitado, sabiendo que la gente, entre una cosa y otra, apenas ha podido esquiar, deberían intuir que habría una ola de solicitudes”. 

Aglomeraciones en la estación invernal, ayer.

La “tormenta perfecta” que ayer se desató en Pajares bajo un cielo sin nubes tuvo su origen en una concatenación de circunstancias. Para empezar, Fuentes de Invierno sigue cerrada debido al alud que sepultó mortalmente a dos operarios de Carreteras, de los cuales uno sigue desaparecido. Además, el confinamiento autonómico impide desplazarse fuera a esquiar. A mayores, la apertura de la temporada se retrasó, para abrir justo en medio del pasado temporal. Los últimos días, tras parar de nevar, fueron de frío intenso en Pajares. Finalmente, ayer, las condiciones eran perfectas por primera vez en la campaña y, además, coincidió de sábado. Así, Valgrande, con una limitación de aforo por la pandemia establecida en los 1.200 usuarios se quedó enterrada entre coches. Desde el parador que corona al puerto, hasta el desvío a la estación, los turismos se amontonaban al mediodía en las cunetas llenas de nieve. Un cordón multicolor de más de un kilómetro de longitud. Los accesos a la estación estaban también saturados. “Aunque no hubiera reventado el sistema de reservas, hoy esto hubiera estado igualmente repleto de gente, ya que el día es simplemente espectacular y la montaña está espléndida”, apuntaba ayer María García.

Y entre tanto coche y nieve, la Guardia Civil asumió una tarea ingrata, pero que resultó esencial para que al final la jornada únicamente se viera oscurecida por las quejas de quienes no pudieron esquiar. Y es que el viernes por la noche ya se intuía lo que podía suceder ayer. Varias patrullas hicieron controles en la entrada a la estación, abierta únicamente para disfrute de la población asturiana debido a la pandemia. Fueron identificados intentando acceder al equipamiento vehículos no sólo de León, sino de otras provincias, como Galicia o incluso Salamanca.

El Gobierno del Principado quiso subrayan ayer que la dirección de la estación no sólo intentó avisar por redes sociales del fallo, aplazando el disfrute de estos forfaits a otras jornadas, sino que posteriormente se mandaron correos electrónicos a los afectados. 

Y con todo, el ambiente en Pajares fue casi festivo. Decenas de familias “acamparon” en las colinas del entorno con trineos y silla de playa: “El día es excepcional y hay que aprovechar”, apuntaba los gijoneses Tamara García y Bruno Fernández mientras sus hijos Bruno y Mateo retozaban en la nieve.

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