La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los puertos de las Cuencas decidirán la Vuelta a España con el final en el Cuitu Negru, la prolongación de Pajares

El ciclismo nacional apuesta de nuevo por los puertos de los valles mineros, tras las etapas del Angliru y de La Cubilla de los dos últimos años

El “Purito” Rodríguez y Alberto Contador, en el mano a mano jugándose la Vuelta a España que protagonizaron en el Cuitu Negru en 2012. | R. Menéndez

Las Cuencas Mineras son, casi cada edición de la Vuelta a España, sinónimo de emoción y lucha. La orografía de los territorios carboneros hace que estas comarcas sean uno de los lugares fetiche para los organizadores de la prueba desde hace años. Y en 2021 no iba a ser menos. Aunque el recorrido no es oficial, Asturias parece que tendrá dos finales de etapa, y uno de ellos será en el concejo de Lena. A los míticos Lagos de Covadonga, la cima más visitada por los ciclistas en todas las ediciones de la ronda española, se sumará este año el Cuitu Negru o Cuitunigru, la cota más alta de la estación de esquí de Valgrande-Pajares. En el año 2012, los corredores subían por primera vez hasta esta montaña, que se convirtió por derecho propio en uno de los finales más duros de la competición.

Los dos últimos kilómetros, asfaltados entonces para la ocasión, tienen rampas con más de un 20 por ciento de desnivel, que suponen un rompepiernas para unos corredores que suelen llegar a esas alturas poco menos que exhaustos.

El Angliru, Cotobello, La Cubilla, La Cobertoria o la también estación invernal de Fuentes de Invierno (San Isidro) son otros de los emblemáticos montes de las comarcas mineras donde la carrera ha terminado en sus últimas ediciones. Pero es que, además, los valles mineros esconden más tesoros para los ciclistas y cicloturistas. Aunque muchos de ellos son puertos de paso, y nunca han recibido un final de etapa, son habituales en la carrera, al ser montañas complicadas que desgastan a los corredores de cara al duro final que les puede esperar. El Cordal, La Colladiella, La Collaona, el Padrún, Mozqueta o Santo Emiliano son altos con habitual presencia en la Vuelta a España, considerada una de las tres competiciones grandes del ciclismo, junto al Tour de Francia y el Giro de Italia.

Cuitu Negru. Por derecho propio, esta llegada que volverá en 2021 a la Vuelta a España, se ganó hace 9 años un puesto de honor entre los puertos más duros del país para el ciclismo. El Cuitu Negru, es un colofón final de dos kilómetros y medio a la larga y dura ascensión del puerto de Pajares. Tomando como punto de inicio de la subida Puente Los Fierros, los ciclistas deberán pedalear todavía más de 22 kilómetros hasta cruzar la meta. Ya en la carretera de Pajares se enfrentarán a rampas del 17 por ciento. El puerto tiene una pendiente media del 5,63 por ciento, pero en los tres kilómetros finales, hasta el parador de Pajares, la pendiente no baja del 9 por ciento de media. Y para rematar, los dos últimos kilómetros sobre la pistas de la estación de Valgrande-Pajares. Rampas de hasta el 25% de pendiente, con una media del 13,32%, la subida apenas concede descanso para las piernas de los corredores. En 2012, ganó el italiano Darío Cataldo, con un fenomenal duelo que dejaron por detrás Joaquim “Purito” Rodríguez y Alberto Contador. El palmarés espera sucesor.

Alberto Contador, que ganó en el Angliru el año que se retiró, 2017.

El Angliru. ¿Quién no conoce la mítica cima riosana? Bautizada por el anterior alcalde, José Antonio Muñiz, como “El Olimpo del ciclismo”, el emblemático alto es, sin duda, la montaña más dura en el mundo del ciclismo. Un puerto de doce kilómetros y medio de longitud, con una pendiente media de casi el 10%, y con unos seis kilómetros finales de infarto. No en vano, poco después del área recreativa de Viapará, una pintada en la carretera anuncia lo que viene: “Bienvenidos al infierno”. Con una pendiente media del 13,3 por ciento, es como tener un puerto sobre otro puerto. Les Cuestes de les Cabanes, al 21%, La Cueña Les Cabres, una recta al 23% de pendiente, o el Aviru, al 20%, conforman media docena de kilómetros no aptos para todos los públicos. En la meta riosana se han coronado ciclistas como Alberto Contador, que ganó dos veces. La última etapa, la de la edición de 2020, se disputó sin público, y en la meta venció el británico Hugh Carthy.

Hugh Carthy, último vencedor en el Angliru en 2020.

La Cubilla. De vuelta al concejo de Lena, el puerto de La Cubilla, que recorre el valle de Tuiza, en pleno parque de Las Ubiñas, también se ha convertido en un gran atractivo. Fue en la edición de 2019 cuando el pelotón afrontó esta ascensión, de más de 25 kilómetros si se sitúa su origen en Campomanes. Es un puerto engañoso, porque a pesar de no tener rampas por encima del 10%, el desnivel en los últimos 17 kilómetros es constante. La pendiente media del alto es del 4,68 por ciento, mientras que en los últimos 19 kilómetros sube hasta el 5,95%. El kilómetro más duro se sitúa entre el 12 y el 13, con más de un 8% de pendiente. El ganador de la etapa de 2019 fue el danés Jakob Fuglsang, entonces en el equipo kazajo Astaná.

La subida a La Cubilla, en la Vuelta de 2019.

Cotobello. En el concejo de Aller se encuentra esta montaña, rebautizada su cima con el nombre de uno de los corredores asturianos más prolíficos de todos los tiempos, el gijonés Chechu Rubiera. Diez kilómetros de ascensión, con una pendiente media del 8,25 por ciento. No son pocas las rampas que se encuentran los ciclistas con una pendiente superior al 11 por ciento, que hacen que las piernas flaqueen antes de llegar a meta. La única vez que se subió este puerto fue en la edición de 2010. Fue el vasco Mikel Nieve, compañero del asturiano Samuel Sánchez en el Euskaltel-Euskadi, el que levantó los brazos en meta.

Fuentes de Invierno. Continuando en el valle de Aller, la estación invernal de Fuentes de Invierno también logró un final de etapa de La Vuelta a España, en el año 2008. La subida hasta Fuentes de Invierno por el puerto de San Isidro es un típico puerto similar a los del Tour, largo y con una pendiente pronunciada. Cierto es que desde Cabañaquinta, el tramo hasta Fuentes de Invierno no deja de picar para arriba, así que considerando este hecho, el puerto tendría 30 kilómetros de longitud, con una pendiente media del 4,04%. Sin embargo, quizá los más puristas consideren que la subida de San Isidro hasta Fuentes de Invierno arranque en la localidad de Cuevas, lo que reduciría a 15 kilómetros la longitud del recorrido considerado como puerto. En ese caso, la pendiente media subiría hasta el 6,17 por ciento. Las rampas más duras son del 16%, aunque hay varias zonas con fuertes rampas constantes del 10% de pendiente. En la etapa de 2008, apenas un año después de que se inaugurase la estación invernal de Fuentes de Invierno, se coronaba en el alto uno de los mejores ciclistas españoles de todos los tiempos: Alberto Contador.

La Cobertoria. La cima lenense suele ser un puerto de paso en las etapas montañosas que se disputan en Asturias. Tiene dos vertientes, desde Quirós y desde el propio concejo lenense, aunque esta última es quizá la más dura. Y es que con casi 10 kilómetros de longitud, tiene una pendiente media del 8,76%. Especialmente duros son los cinco kilómetros centrales, entre el 2,5 y el 7,5 aproximadamente, cuando las rampas se ponen especialmente “empinadas”, con varios tramos al 14% y otros que llegan casi al 16% de pendiente. Todo un rompepiernas para el pelotón. En la memoria, momentos como la grave caída del ciclista suizo Alex Zülle, que acabó en la ladera al descender el puerto, lo que le costó su victoria final en la general en la Vuelta de 1993.

El asturiano Samuel Sánchez, en una ascensión a La Cobertoria.

El Cordal. Cualquiera que conozca al director general de La Vuelta a España, Javier Guillén, sabe que es un enamorado de El Cordal. Un alto también de paso, que siempre ha servido de antesala para la cima final del Angliru. Se ha subido casi siempre por la vertiente lenense. Son poco más de 5,5 kilómetros de subida, pero el desgaste que provoca es brutal para los ciclistas. Son varias las rampas del 14, 15 y 16% de pendiente que se encuentran los ciclistas, lo que hace una media del 9,18% en el total del recorrido. Un clásico de en la ronda española.

La Colladiella. Otro clásico de las Cuencas en las pruebas ciclistas. La montaña que separa San Martín del Rey Aurelio de Mieres suele ser un habitual puerto de paso para el pelotón. En la vertiente del Valle del Nalón, el puerto es algo más duro, con una pendiente media de casi el 6,5% y una longitud de 9 kilómetros. Es tradicionalmente por donde se suele subir para dirigir a los ciclistas hacia Mieres. Pero el recorrido por el Valle de Turón hacia San Martín tampoco es moco de pavo: casi 10 kilómetros entre La Rabaldana y la cima, con casi el 5,2 por ciento de pendiente desfavorable y un firme, que antes del último arreglo, era ciertamente peligroso.

La Collaona. Una nueva frontera entre las Cuencas del Caudal y el Nalón, en este caso, entre los concejos de Laviana y Aller, La Collaona también supone un alto que no ha tenido ningún final de etapa pero que forma parte del recorrido habitual del pelotón a su paso por la montañosa Asturias. Desde la localidad lavianesa de Entrialgo hasta la cima, el pelotón atraviesa 11,6 kilómetros de carretera al 4,65% de desnivel medio, con rampas cercanas al 8% en algunos tramos. En sentido contrario, desde Cabañaquinta, el puerto en más corto, pero más duro. Cinco kilómetros y medio, a un desnivel del 7,7 por ciento conforman esta engañosa vertiente, que pese a su escasa longitud, puede dejar a muchos ciclistas descolgados.

El Padrún. Otra cima con dos vertientes. La más suave es la que va desde Mieres en dirección a Olloniego, que también suele ser otro de los pasos más utilizados como salida hacia el centro de la región por parte de los ciclistas. Un ascenso corto y engañoso, que se va suavizando conforme se asciende. De sus 4,5 kilómetros, los dos primeros son realmente duros. Especialmente el segundo, que tiene una pendiente media del 7,2% y hay rampas que llegan al 12%, justo después de pasar La Rebollada. De Olloniego hacia Mieres, el alto es más corto, aunque más. Una distancia 3,9 kilómetros, al 5,9 por ciento de media, con un tramo final bastante complicado y que provoca un desgaste de energías en el pelotón.

La Mozqueta. El Alto de la Mozqueta es una variante de La Colladiella, en este caso entre Langreo y Mieres. Aunque muchos sitúan su inicio en Ciaño, lo cierto es que los tres primeros kilómetros hasta llegar a La Nueva son bastante llevaderos. A partir de ahí, la carretera se “empina” y las rampas comienzan a tener del 11 al 14% de desnivel en sus puntos más duros. En total, una subida de casi 10 kilómetros de longitud, con una pendiente media del 6,16 por ciento.

Compartir el artículo

stats