Los actos vandálicos pasan factura al Ayuntamiento de Langreo. Y no es poco: en los últimos seis meses, se han quemado trece contenedores, con un gasto de 15.000 euros. El último atentado contra el mobiliario urbano tuvo lugar en la noche del viernes, en el distrito de Ciaño: ardió, tras un fuego intencionado, una instalación de cuatro contenedores para la recogida de basura. El viento intenso hizo que las llamas se propagaran con rapidez y los vecinos se vieron en riesgo. La alcaldesa, Carmen Arbesú (PSOE), ha condenado los actos: “Es intolerable”.
La batería de recipientes para el reciclaje estaba situada en la calle Manuel Álvarez Marina. Forma parte del mismo punto que ya fue atacado con fuego hace poco más de seis meses, a principios de agosto del año pasado. “Son actos intolerables de vandalismo. Van mucho más allá de la gamberrada”, señaló la máxima dirigente local. Y añadió: “Las llamas ponen en peligro a los vecinos y el coste económico de reponer los elementos necesarios para un servicio tan esencial como la recogida de basuras recaen sobre el Ayuntamiento, es decir, sobre el bolsillo de todo los langreanos”. Cuatro contenedores quedaron “inservibles o completamente destrozarlos”. Sustituirlos supondrá casi 5.000 euros para las arcas municipales. Es una cuantía, añadió la regidora, “que no podrá dedicarse a otras cosas, por el comportamiento inaceptable de los responsables de este desaguisado”.
Gasolina sobre fuego. Porque a estos dos actos vandálicos en Ciaño se suma el que ocurrió el pasado mes de noviembre, coincidiendo con las protestas nacionales por la implantación del “toque de queda”. Entonces, ardieron en Sama ocho recipientes en tres puntos distintos del distrito y en una misma noche.
Sin medias tintas. La Alcaldesa declaró ayer que el Ayuntamiento “colaborará en todo lo posible con la investigación policial para intentar encontrar a los autores del incendio”. Fueron vistos por algunos vecinos de la zona, que dieron de inmediato la alarma y avisaron a las fuerzas de seguridad. “Los bomberos llegaron deprisa, pero un elemento más de irresponsabilidad de quienes hicieron esto fue elegir una noche con viento fuerte. Las llamas crecieron muy rápidamente y no hubo manera de apagarlas antes de que destrozaran los contenedores”, destacó Arbesú.
Si los vecinos no se hubieran dado cuenta con tanta rapidez, “la situación podría haber empeorado mucho más”. Aquí el aviso: “Queremos que la Policía detenga a los autores y, por lo que al Ayuntamiento respecta, pasarles la factura de un comportamiento detestable y peligroso”, indicó Arbesú.
