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La lista de “las más guapas”: el sexismo en las aulas que alarma a las familias

Asociaciones de madres y padres de las comarcas mineras alertan de un aumento de conductas machistas que afecta a alumnos de los institutos

Tiene catorce años y no quiere ir a clase. Su familia, tras mucho sonsacar, ha descubierto el motivo: hace unos días, sus compañeros hicieron la “lista de las más guapas”. Y ella estaba en el último puesto. Da igual que su madre le diga que es inteligente, divertida y una buena amiga. Ella se mira en el espejo y solo ve una etiqueta: “La más fea”.

Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAs) de las Cuencas alertan de un incremento en las conductas sexistas dentro de las aulas. Siempre entre el alumnado y “a pesar del esfuerzo de los docentes”, matizan. La historia con la que comienza este reportaje es real, aunque la familia prefiere mantener el anonimato de la joven. Da igual su nombre, podría ser cualquiera. “Nos aprenden desde niñas que el valor de la mujer está en la belleza y eso hay que cambiarlo”, afirma la psicóloga Paula Marín, especializada en violencia de género y conductas sexistas.

“Esa lista siempre se hizo”. Es la respuesta más socorrida ante una denuncia de sexismo en las aulas. “Si siempre se hizo, y se sigue haciendo, es que no estamos avanzando en igualdad y prevención de las conductas machistas”, replica Marín. Y, aunque parezca un juego, puede tener consecuencias muy graves: “Imagínate lo que siente la cría que no aparece en la lista o que está en el último puesto. Estoy gorda, o llevo gafas... y, por eso, valgo menos. Por otra parte, los críos también empiezan a cosificar muy pronto a las mujeres”, señala la experta.

Nada extraña, apunta Marín, teniendo en cuenta sus referencias. “Desde lo que ven entre los adultos hasta la cultura que consumen”. Buenos ejemplos: la saga “After”, los libros de Federico Moccia... Obras, en papel y en la pantalla, que cuentan la historia de una chica guapa que cambia al chico malo y musculoso. “Ellos también sufren el sexismo y el machismo, a ellos también se les exigen unos cánones y son víctimas de lo mismo”, apuntan expertos consultados por este diario.

Sexismo en las aulas

Pero si hay un referente que daña con mayúsculas, ese es “Instagram”. Una red social, afirma Marín, que “muestra una realidad sesgada. Muestra chicas muy guapas, con las que las chavalas se comparan, y vidas idílicas que no son reales. De esto nacen sentimientos de rechazo, o de no aceptación, hacia la propia vida o el propio cuerpo”.

Lo ve en consulta. Y cada vez más: “Se están diagnosticando más trastornos alimenticios, generalmente acompañados de ansiedad y depresión”. Una problemática que iba en aumento y que se ha disparado durante la crisis sanitaria del covid-19: “Hay varias razones que llevan a este aumento en plena crisis sanitaria”, apunta la experta.

La primera, y más obvia, los “kilos de más” tras el confinamiento. También los “bajones” anímicos por la situación actual: “El verse todo el día en chándal, en casa... hay personas que ya no quieren encontrarse con amigos porque se sienten muy mal, tienen muy dañada la autoestima”.

La segunda razón afecta a los jóvenes. Desde la crisis del covid-19, por razones sanitarias, muchos centros se han visto obligados a suspender los talleres y actividades enfocados a fomentar la igualdad y erradicar las conductas machistas. “Los docentes no pueden con todo. Tienen una programación y no pueden centrarse en temáticas que correspondían, hasta ahora, a esta formación complementaria”, señala la psicóloga Paula Marín.

Programas como “Ni ogros, ni princesas”, una guía afectivo sexual para los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria. O “La mujer en la ciencia”, que se impulsó en la comarca del Nalón. “Son programas necesarios para la correcta y completa educación de los jóvenes”, apunta la psicóloga.

¿Qué piensan los docentes? Profesores de institutos consultados por este diario –en Primaria, según las fuentes preguntadas, no se han detectado estas problemáticas–, aseguran que la formación complementaria es “vital”. También perciben ciertas actitudes machistas entre los jóvenes, aunque “no más que en años anteriores”. “Si acaso, se puede ver algún conflicto más porque la crisis del covid-19 también les ha afectado psicológicamente a ellos”. “Se aburren más, y hacen esto”, confesó uno de los docentes consultados. Creen que el centro educativo tiene que ser un lugar de refugio, en el que los chavales aprendan a cuidarse desde la autoestima y el amor propio. Concluye Paula Marín: “No es solo erradicar las listas, es enseñar a pensar que no pasa nada por no estar entre ‘las más guapas’”.

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