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Veinticinco años sin perder fuelle

La Banda de Gaitas “Villa de Mieres”, fundada hace un cuarto de siglo, ha colaborado con Luz Casal y suma actuaciones por todo el mundo

Integrantes de la Banda de Gaitas “Villa de Mieres”, en Siklós (Hungría).

La gaita está asociada a los pueblos celtas de Asturias y Galicia, aunque hay estudios que sostienen que fueron los romanos quienes introdujeron el instrumento en España. Podría parecer, por tanto, que un cuarto de siglo en la sostenida historia de este melodioso fuelle debe ser tratada como apenas una nota suelta de una sinfonía. Pero 25 años es el periodo de vida que tiene la Banda de Gaitas “Villa de Mieres”, una de las formaciones musicales más arraigadas dentro del ámbito folclórico local, incluso regional.

Jorge Areces es el director de la banda local y su principal valedor desde sus orígenes. Él mismo recuerda cómo a mediados de los noventa surgió el conjunto: “Éramos un grupo de jóvenes que rondábamos los veinte años y que teníamos unas inquietudes folclóricas semejantes, algo alejadas de la visión de nuestros antecesores”, explica. “La mayoría de los fundadores estábamos dispersos por otras bandas y decidimos juntarnos e iniciar una andadura juntos”. De inicio, fueron 16 integrantes, con presencia de músicos de otros concejos asturianos, como Oviedo, Gijón, Candás o Villaviciosa.

El nacimiento de la banda “Villa de Mieres” coincidió con otro significativo alumbramiento para Mieres. “La primera vez que actuamos lo hicimos en la edición inaugural de la fiesta de La Folixa. Fue una puesta en escena por todo lo alto”, reconoce el director y fundador del grupo. La instantánea que inmortalizó al propio Areces subido a la estatua de Teodoro Cuesta en la plaza de La Pasera, mientras dirigía a la banda, forma parte de la memoria simbólica de esta fiesta local.

Reconocimientos

A lo largo de los últimos 25 años han sido muchos los reconocimientos alcanzados por la formación folclórica, que desde hace tiempo pone la banda sonora a los galardones “Mierense del año”, premios que en su momento concedieron a la formación una distinción especial. El reconocimiento definitivo llegó en 2007 cuando la banda fue invitada a participar en el reconocido Festival Intercéltico de Lorient (Francia). La formación, que actualmente cuenta con 30 músicos, ha llegado a tocar ante 30.000 personas. Fue en Barcelona y lo hicieron acompañando a Luz Casal durante un concierto de la cantante gallega, con la que Jorge Areces ha colaborado en varias ocasiones. “En aquella ocasión fuimos la banda al completo y a alguno le temblaron la patucas”, señala con humor el director. No obstante, la sensación de vértigo en un escenario no necesita de semejante asistencia. “A partir de 500 personas en adelante ya impone casi lo mismo”, reconoce siguiendo con la broma, pero sin dejar de otorgar credibilidad a la reflexión.

Una vieja nave municipal fue el primer local de ensayo de la banda. Tras un paso por Baíña, ahora tienen su espacio en la Casa de la Música. La labor docente ha estado y sigue formando parte de la esencia de la banda. “Para defenderte con la gaita y que los amigos te la dejen sacarla en una fiesta sin malas caras igual se necesita una media de dos años. Para dominarla con cierta soltura estaríamos hablando de cuatro años”, apunta Areces, que entiende que el instrumento tenga sus detractores: “Tiende a generar amor u odio y, por su fuerza, es normal que haya gente a la que no le guste. Pero lo cierto es que casi todos los asturianos que están lejos se emocionan cuando escuchan el sonido de la gaita”. La banda mierenses puede atestiguarlo, ya que ha recorrido el mundo entero como abanderada de Mieres y de Asturias.

Centros asturianos

“Hemos estado en infinidad de centros asturianos, como el de Chile, el de Argentina, el de Suiza o el de Brasil, por citar algunos”, destaca Areces. En Asturias el grupo está estrechamente vinculado a los certámenes que se organizan en Tapia y Ortigueira. Repasar la lista de lugares en la que han tocado a lo largo del último cuatro de siglo dejaría a cualquiera sin resuello. Para lograrlo, no ha faltado quien les ha echado una mano: “Estamos muy agradecidos a mucha gente, en especial al Ayuntamiento. Concejales como el desaparecido Arsenio Suárez, Javier Carnicero o Luis Payo, por citar algunos, se han portaron muy bien con nosotros”.

En 25 años la banda de gaitas mierense ha crecido al mismo ritmo que lo ha hecho el instrumento. “Antes era algo exótico y ahora está integrada en la sociedad”. Areces valora la evolución, sin dejar de reconocer que todo no ha sido bueno a lo largo de los últimos lustros: “La genta está cada vez mejor formada y la calidad de los instrumentos es mayor, aunque el compromiso ya no es el que era antes. Antes el que era gaitero lo era casi por encima del resto de cosas y ahora se suelen tener otras inquietudes”. Con todo, en Mieres la gaita no deja de sornar al ritmo de un viento que arrastra su historia.

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