El desarrollo del nuevo edificio que permitirá ampliar el actual complejo tecnológico del pozo Entrego supondrá un cambio radical para este espacio y, para ello, hace falta un plan especial que acarrea una modificación de las normas subsidiarias que se encuentra actualmente en proceso de evaluación ambiental estratégica simplificada. El documento da cuenta de que su desarrollo optimizará el espacio, incrementando incluso las zonas verdes –aunque tendrán otra distribución–. Y aunque el nuevo inmueble se asentará sobre el actual aparcamiento, los vecinos no perderán este espacio para sus vehículos, ya que de su superficie edificable de 8.000 metros cuadrados, 4.800 se destinarán a la actividad empresarial y 3.200 quedarán reservados para aparcamiento.
El proyecto, según el documento, “está llamado a convertirse en un referente dentro del concejo como elemento vertebrador de la actividad empresarial vinculada a las nuevas tecnologías, e investigación”. Además, señalan que “podría tomarse como ejemplo del proceso de reconversión de las cuencas mineras”, ya que la situación actual es fruto de las intervenciones realizadas en la zona desde el cierre del pozo Entrego, ya que todas las actuaciones que se han hecho fueron encaminadas a poner en valor el suelo para uso productivo. Con esta última modificación para dar cabida al nuevo edificio, “se culmina una actuación que se inició con la urbanización y puesta en valor de los terrenos, así como con la puesta en valor de edificios heredados de la actividad minera”. Y es que tras el cierre del pozo en 1993 se realizaron diversas actuaciones claves para el desarrollo urbanístico, cultural y empresarial de este espacio. Primero se rehabilitó el edificio administrativo del pozo Entrego para Casa de Cultura, después se redactó un Plan Especial de Ordenación Urbana para regenerar la zona y posibilitar el uso empresarial, y posteriormente se realizó la urbanización. Entre los años 2010 y 2011 se construyó el centro de empresas TIC. Además se demolieron los edificios en ruinas, y se rehabilitaron los elementos del patrimonio industrial tales como el ventilador, o el castillete del pozo. También se construyó un aparcamiento para dar servicio al edificio.
Y ahora queda el nuevo edificio y una nueva reordenación de la zona. Esta actuación, “optimizará el uso de unos terrenos hoy infrautilizados ya que únicamente se destinan al aparcamiento de vehículos, pudiendo acoger otros usos sin que ello suponga la pérdida o reducción de la dotación de aparcamiento público”. Se trata de “racionalizar” un recurso escaso en el concejo. Así, el uso especial-industrial pasará de ocupar 1877,28 metros cuadrados a alcanzar los 7.147,38. Tanto los espacios libres como las zonas verdes incrementarán su superficie y lo único que se reducirá serán los viarios. Eso sí, a pesar de estas reducciones, los aparcamientos se mantendrán. El complejo costará 7,9 millones de los fondos mineros.
