El carbón ha sido durante siglos el sustento principal de nuestras comarcas mineras. Tanto la propia actividad extractiva como el resto de economía generada en torno a los pozos fueron el sustento de nuestros antepasados. Pero el presente y el futuro nos encamina hacia otros ámbitos, que debemos explotar de la mejor manera para que los valles del Caudal y del Nalón sigan siendo lugares prósperos donde vivir y donde trabajar.

En el caso de nuestro concejo de Aller, nos hemos marcado tres puntos para reflotar esa economía malherida con el cierre de las minas. La ganadería, el turismo, y la apuesta por un sector industrial y empresarial ligado a nuevas tecnologías han de ser los tres focos donde pongamos todo el esfuerzo para desarrollar un tejido económico.

En materia ganadera, somos uno de los concejos con una mayor cabaña, y debemos promover ese relevo generacional que siga manteniendo vivo el sector primario. Hemos tomado medidas pensando en facilitar la vida a los ganaderos e incitar a las nuevas generaciones a mantener esta actividad.

En cuanto al turismo, es otro de los grandes polos de futuro de las Cuencas en general y de Aller en particular. Nos hemos convertido en un destino turístico inteligente, apostamos también por la desestacionalización de Fuentes de Invierno, para que pueda tener actividad en verano. Y no podemos olvidarnos de parajes naturales como la cascada de Xurbeo, o de todo el patrimonio industrial e histórico con el que contamos en nuestro territorio.

En materia industrial, entendemos que el futuro pasa por mantener actividad y crear nuevas oportunidades. Por un lado, ya hemos presentado varios proyectos para que el pozo Santiago, en el que la extracción de carbón ya es historia, puede ser reutilizado. Como también pensamos que otra de nuestras explotaciones, el pozo San Antonio, puede convertirse en un centro de empresas ligadas a las nuevas tecnologías, pudiendo ser un ejemplo de esa transición entre la minería y la economía del futuro.

Por último, pero no por ello menos importante, no podemos obviar el servicio al ciudadano, que es la parte esencial para lograr fijar población. Queremos un concejo de Aller en el que los vecinos puedan encontrar las mayores facilidades y tengan los mejores servicios públicos posibles.

Tenemos que estar orgullosos de ese ya casi pasado minero de nuestras Cuencas. Un pasado que nos ha forjado el carácter, la personalidad, nos ha inculcado valores como el compañerismo o la solidaridad. Todo ello debemos aprovecharlo para mirar hacia un futuro que se antoja diferente, pero no por ello menos bueno. Con trabajo y altura de miras, Aller, las Cuencas, seguirán más vivas que nunca. Aller es futuro.