A muchas personas les sorprende descubrir que en plena cuenca minera asturiana producimos para todo el mundo el 100% del principio activo del producto más renombrado de Bayer, Aspirina, y sin duda también, del medicamento más conocido del mundo.

Detrás de este hecho, hay una historia de innovación, resiliencia, talento y colaboración con sello asturiano, que lleva el resultado de nuestro trabajo desde la cuenca del Nalón hasta millones de hogares de todo el mundo.

Cuando hace cerca de 80 años se empezó a producir en nuestra planta de Langreo el conocido ácido acetilsalicílico, no creo que muchos de los que entonces desempeñaban aquí su labor, pensaran en el alcance que esta planta conseguiría tener años después. Sin embargo, el esfuerzo, la dedicación y la capacidad de adaptarse a diferentes momentos históricos, fueron oportunidades que se aprovecharon desde este pequeño centro, que hoy en día da empleo a más de 100 profesionales y crece de forma constante con nuevos proyectos que consolidan no sólo su presente, sino su proyección futura.

Y hablando de momentos históricos y de esa adaptación a las circunstancias, el momento actual ha de verse como una oportunidad para diseñar el futuro, tanto en una empresa como en un territorio. Apoyarnos en nuestras fortalezas para ver cómo desde Asturias, y en especial las Cuencas, podemos aportar a un futuro en el que encaramos importantes retos en los que podemos tener una contribución esencial. Me atrevo a apuntar alguno relevante como la salud y la alimentación, entendidos ambos conceptos de forma transversal: desde investigación biosanitaria y de alimentos saludables innovadores, pasando por la producción industrial sostenible, hasta la intensificación del turismo orientado hacia experiencias relacionadas con la mejora del bienestar, tanto físico como emocional.

Las megatendencias tales como población mundial al alza, con una mayor esperanza de vida y cada vez más preocupada por la salud; la creciente demanda de más experiencias y menos posesiones; las maneras de comprar cada vez más digitales y el incremento del teletrabajo, han de ser aprovechadas por nuestra región, pues encajan muy bien con nuestro entorno natural, nuestro saber hacer industrial y nuestra forma de vivir y disfrutar.

Los fondos europeos pueden suponer una importante ayuda para impulsar el futuro de las cuencas mineras, pero, además del dinero para inversiones, también se necesita impulsar una verdadera voluntad transformadora, que se centre en el presente y en el futuro (sin añorar tanto el pasado y la nostalgia, especialmente de lo que nunca sucedió). Esto pasa por apostar por una industria sostenible, digitalizada y orientada hacia productos y servicios de alto valor añadido, una administración más ágil y digitalizada, una universidad más internacionalizada y unos organismos y entidades de investigación que establezcan alianzas estratégicas con el mundo empresarial, con un enfoque claro en ciencia e innovación en sectores muy concretos como los anteriormente citados.

Si nos situamos en el momento actual, y en un año tan retador no sólo para la salud, sino también para la economía, la innovación y la ciencia, Asturias tiene potencial para ser un referente importante. La disposición de un ecosistema de colaboración que pone en común los entornos industriales, los educativos, los sanitarios, con los propios valores del talento con sello Asturias, son sin duda nuestro mejor aval para mirar al futuro con optimismo.

Desde Bayer, tratamos de poner nuestro granito de arena. Como responsable del centro de producción de Langreo, puedo afirmar que este año nos ha servido para demostrar que somos capaces de mantener nuestros compromisos y avanzar en nuevos proyectos, hasta en los entornos más complejos. La situación de pandemia nos ha retado a todos, pero en nuestra planta, y gracias al compromiso de todo el equipo, hemos mantenido el 100% de nuestra actividad, para seguir llevando nuestros productos a todo el mundo y con ello contribuir a un área esencial como la salud.

Como compañía centrada en ciencias de la vida, además, tenemos un firme compromiso con la sostenibilidad. La colaboración con los entornos en los que estamos presentes, considerando no sólo el impacto de nuestra actividad en la economía, sino también el de nuestras acciones en el ámbito medioambiental y social son claves. Seguiremos invirtiendo en la mejora de nuestras instalaciones, en la digitalización de nuestros procesos, en la formación y desarrollo de nuestros empleados, y seguiremos exportando al mundo nuestros productos y contando que esta cuenca minera asturiana orienta con ilusión al futuro todo el esfuerzo que antes se usaba para extraer el carbón de las entrañas de la tierra.