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El valle del Nalón come sano: solo un 8% de los vecinos abusan de la “comida basura”

Langreo es el segundo municipio de Asturias con mejores resultados en una reciente encuesta del Observatorio de Salud del Principado

Una taza con frutas Susana Sánchez

En la comarca del Nalón se come menos “comida rápida” que en otras zonas. Solo ocho de cada cien vecinos tienen una ingesta “inadecuada” (más de dos veces al mes) de refrescos azucarados, pizzas o hamburguesas, entre otros. Un resultado que solo mejoran Gozón (5,88%) y Navia (7,69%). Y muy alejado del peor balance de Asturias: en Carreño, un 33 por ciento de los vecinos reconoce que consume “habitualmente” estos productos.

Son datos del Observatorio de Salud de Asturias, en su apartado “Indicadores de salud, consumo inadecuado de refrescos y ‘comida rápida’”. Según explica el organismo, que depende del área de Salud del Principado de Asturias, “los refrescos azucarados contienen niveles muy elevados de azúcar de absorción rápida que no solo aportan calorías sino que aportan a nuestro organismo choques glucémicos. No todos los organismos tienen capacidad de metabolizarlos adecuadamente”. Y añaden: “El consumo frecuente de la denominada comida ‘rápida’ genera ingestas con alto nivel calórico en una única comida lo que, si se hace de forma frecuente, va a provocar efectos insanos en el organismo”.

La media de la comarca del Nalón es baja. Langreo tiene un resultado aún mejor: solo un 6,67 por ciento de los vecinos abusa de la también conocida como “comida basura”. En la otra cara de la moneda, en la comarca del Nalón, está Sobrescobio: aquí la tasa se eleva hasta el 12 por ciento. Aún así, todos los municipios están por debajo de la media de la región: un 19 por ciento de los asturianos reconoce consumir “inadecuadamente” estos productos.

Un consumo esporádico se acepta, dentro de un estilo de vida saludable, aunque no está exento de peligros. Tal y como explican desde el Observatorio de Salud: “Estas comidas realizadas no frecuentemente no dejan de tener efectos transitorios. Pero, si la periodicidad es elevada, se somete al organismo a un gran esfuerzo y aumento del riesgo”.

“Bombas” calóricas

Hay tres claves que hacen de la “comida rápida” una “bomba” para el organismo: su alto nivel de procesamiento, niveles elevados de calorías y un alto porcentaje de azúcar y sal en su composición. Aquí uno de los principales riesgos de un consumo habitual: “El incremento de calorías y la elevada concentración de azúcares generará intolerancia a glucosa aumentando el riesgo de diabetes mellitus junto con los elevados niveles de sal o sodio de enfermedad coronaria, hipertensión, aterosclerosis e insuficiencia cardíaca”.

Hace hincapié el informe del Observatorio de Salud, que toma como referencia el año 2019 (y con un período de validez de cinco años), en los refrescos azucarados. “Contienen niveles muy elevados de azúcar de absorción rápida. Con ello, también aumenta el riesgo de obesidad, de diabetes mellitus tipo II por efecto de incremento de resistencia a la insulina, alteran el metabolismo de grasas y también aumentan el nivel de estrés oxidativo global. Además, afectan a la salud oral y algunos de ellos también combinan su acción con niveles elevados de cafeína (como es el caso de las bebidas de cola)”. Una lata de refresco tiene más de 30 gramos de azúcar, una cantidad superior a la que debería ingerir un niño durante todo el día.

Especial aviso para los municipios asturianos que más abusan de este tipo de comidas: además de Carreño, los siguientes en la lista empezando por la cola son Avilés, Castrillón, Valdés y Villayón. En las Cuencas, Mieres tiene el dudoso honor de ocupar el peor puesto del ránking: un 19 por ciento de los vecinos abusa de la comida “rápida”. El promedio del área del Caudal es del 15 por ciento, casi el doble que en la comarca del Nalón.

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