La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Politécnica de Mieres estrena un túnel de viento para probar infraestructuras

La instalación, que ofrece una velocidad máxima de 180 kilómetros por horas, estará disponible para investigación, docencia y empresas

La Escuela Politécnica de Mieres estrena un túnel de viento

La Escuela Politécnica de Mieres estrena un túnel de viento Julio Vivas

Para ver este vídeo suscríbete a La Nueva España o inicia sesión si ya eres suscriptor.

La Escuela Politécnica de Mieres estrena un túnel de viento Julio Vivas

La Escuela Politécnica de Mieres está de estreno. Y es que el equipamiento universitario puso en marcha hace unos días un túnel de viento, una instalación que ocupa alrededor de cuatrocientos metros cuadrados y que permite probar los efectos de fuertes corrientes sobre infraestructuras como puentes, edificios, torres eólicas o captadores de energía solar, entre otros elementos. Este túnel ha sido realizado por el Grupo de Ingeniería Fluidodinámica, del departamento de Energía, y han participado en su desarrollo tanto profesores como alumnos e investigadores. Un proyecto que iba a estar listo el año pasado, pero que la pandemia obligó a posponer hasta ahora.

Los profesores Antonio Navarro y Eduardo Álvarez, junto a alumnos e investigadores en la zona de ensayo del túnel de viento de la Politécnica de Mieres. | Vivas

El principal elemento de este túnel son los cuatro ventiladores de 180 kilovatios de potencia en total que “recirculan un flujo de aire a través de la estructura para generar una corriente de viento”, explica el investigador Aitor Fernández, destacando que “también tenemos una serie de elementos de medición que nos permiten estudiar deformaciones, vibraciones… todo lo que pueda afectar a las infraestructuras que estamos estudiando”. Otro de los investigadores, Daniel Fernández, explica que para el ensayo “se coloca un modelo a escala, una maqueta que podemos obtener mediante la impresión en 3D y le ponemos una serie de sensores; después la sometemos a una cierta velocidad de viento y obtenemos los parámetros que queremos estudiar, por ejemplo, lo que pueda aguantar un puente”. De este modo, “se estudia la carga del viento y su fluctuación a través de la infraestructura para asegurar que no haya turbulencias ni tampoco ondulaciones en el propio puente, y así el no sufra esos problemas”. Este túnel ofrece una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora en la zona de ensayo, aunque como destacan, “tal velocidad sólo se ensaya en contados casos”.

Algunos de los planos del túnel de viento de la Escuela Politécnica de Mieres. | Vivas

No es el primer túnel de viento que tiene la Universidad de Oviedo, pero sí el primero que se instala en la Escuela Politécnica de Mieres. “Esta nueva infraestructura complementa y aumenta las posibilidades de los otros túneles que ya tenemos en la Escuela Politécnica de Gijon y ha sido posible gracias a la larga experiencia del departamento de Energía en esta materia”, cuenta el profesor Antonio Navarro, uno de los artífices del túnel junto a los docentes Joaquín Fernández Francos, Eduardo Álvarez, Rodolfo Espina y Eduardo Blanco, del área de Mecánica de Fluidos , que también colaboró desde la sede gijonesa de la Universidad.

El investigador Daniel Fernández muestra los ventiladores. | Vivas

Navarro explica que este túnel de viento “tiene tres objetivos, hacer todo tipo de ensayos en infraestructuras que necesiten calcular con precisión el efecto del viento para que puedan utilizarlo las empresas, pero también para investigación dentro del propio departamento y para la docencia”. Al respecto de esto último, el profesor explicó que la Escuela Politécnica de Mieres “cuenta con la asignatura de Ingeniería del Viento, que no existe en otras escuelas cercanas, y poder poner esta infraestructura al servicio de los alumnos y que puedan incluso meterse dentro, ver de forma clara el efecto, es algo importantísimo”. Tras la puesta en marcha del túnel de viento, los trabajos se centran ahora en comprobar la potencia de los ventiladores, la instalación eléctrica, y empezar a calibrar para conseguir un flujo de calidad.

La estructura tiene un coste estimado que ronda los 175.000 euros y se ha desarrollado gracias a la colaboración de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, Media Madera, Praxia Energy, Ogensa, Novovent, Grafeno Power, Edimar, Maderas Virgilio Pascual, AST y TSK. Sin el apoyo de estas entidades, el túnel de viento de Mieres no hubiera sido posible. Tampoco se hubiera desarrollado sin el trabajo de profesores, alumnos e investigadores, quienes han echado un buen número de horas para sacar adelante la infraestructura durante estos últimos dos años y que por fin sale a la luz.

Compartir el artículo

stats