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Adiós a Gerardo Orviz, as de la tonada

Fallecido a los 92 años, era considerado una “figura de referencia” en la canción asturiana, de la que fue un “innovador”

Gerardo Orviz, con una de sus últimas grabaciones. | F. Rodríguez

Adiós a uno de los últimos ases de la tonada asturiana. Gerardo Orviz Iglesias, natural de Santa Bárbara (San Martín del Rey Aurelio) falleció a los 92 años en la residencia de Felechosa (Aller), en la que vivía desde hace tres años. Es considerado uno de los grandes intérpretes de la historia de la canción asturiana y “una figura de referencia” para los nuevos cantantes, tal y como asevera Jesús Alonso en su libro “Toda una vida... con la canción asturiana”, la biografía del intérprete.

Recogiendo el “Nabo de Oro”.

Casado con Luz Blanco, ambos residían en Felechosa. Orviz, como muchos otros de su generación, empezó trabajando en la mina, en el pozo Villar de San Martín. Con tan solo 17 años quedó en segundo lugar del concurso de tonada de Barredos (Laviana). La música era su pasión, y cantaba en varias formaciones de la comarca, en fiestas y verbenas. En 1958 y 1959 ganó el certamen “Rumbo a la gloria” de Radio Oviedo. Por motivos laborales él y su pareja acabaron yendo a Barcelona, en el año 1962. En Cataluña se integró en el Coro del Centro Asturiano, de cuya intensa actividad cultural fue uno de los impulsores. También fundó allí el grupo de baile del Centro Asturiano, tal y como indica Pedro Rodríguez, amigo personal y cronista del Centro Asturiano de Oviedo.

El escritor lavianés Albino Suárez, también amigo de Orviz, destacó de su obra personal la predilección del cantante por musicar poemas de la tradición asturiana: Alfonso Camín, Elvira Castañón, Diego Manuel o el propio Albino Suárez son los autores a cuyos versos puso música Gerardo Orviz. “Fue un innovador”, afirma en su libro su biógrafo, Jesús Alonso.

Tras 25 años en Barcelona, en 1987, ya jubilado, retornó a San Martín del Rey Aurelio. La tonada seguía siendo su pasión, pero compartida con la música coral. Fundó el trío “La Toná” y se incorporó a la Coral “San Martín”. De 2004 a 2012 fue jurado en el Concurso y Muestra de Folclore “Ciudad de Oviedo”, donde coincidió precisamente con Pedro Rodríguez. En su haber tiene la grabación de más de 300 canciones, con la espina clavada de que, en su juventud, con unas facultades inigualables, no pudo grabar muchas de ellas. En 2010 Sotrondio lo hizo merecedor de su máxima distinción, el “Nabo de Oro”.

La muerte de Gerardo Orviz se suma a la de Diamantina Rodríguez, fallecida el pasado mes de abril a los cien años. Fue incinerado ayer por la noche en el tanatorio de La Florida, en San Martín del Rey Aurelio.

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