“Hay un bicho que se llama coronavirus. Antes si salíamos, como no había mascarilla, nos poníamos malos. O peor, se ponían malos los güelitos”. Semblante serio el de Nel Maseda Suárez, de cinco años, cuando explica por qué el año pasado estuvo más de un mes sin salir de casa. Junto a su amiga Julia Cienfuegos, fueron dos de los más de treinta niños que ayer recogieron un diploma por su buen comportamiento durante la pandemia.
Los repartió la asociación “Moviéndonos por Lena”. “Fue una promesa que les hicimos cuando estalló la crisis sanitaria”, explicó Cristina Basteiro, miembro de la entidad. También hubo aplausos para la labor de Guardia Civil y Cruz Roja.
En fila y respetando la distancia. Dejando claro que ellos sí han entendido las medidas de seguridad. Uno a uno, los pequeños recogieron los diplomas que entregaron agentes de Guardia Civil, miembros de Cruz Roja y los concejales Gelos López y Paco García. Además de la edil Sigrid Pulgar que, como miembro de “Moviéndonos por Lena”, estuvo entre la organización. “Supuso un cambio grande para todos, pero estamos muy orgullosas de lo bien que supieron adaptarse”, comentaban las mamás en corrillo.
Algunos reconocen que se aburrieron “un poco”: “Pero teníamos la tablet, el móvil y eso... que no se puede usar mucho, pero para pasar un poco el rato está bien”, explicó Deva Pérez Yagüe, casi ocho años de cordura. En otras casas, era casi imposible aburrirse. Como en la de la familia González Peralta: cinco niños de entre cinco meses y cinco años de edad. “Estuvimos jugando y dibujando, sobre todo. Además de hacer los deberes de la clase”, explica Victoria, una de las mayores. Jugó con sus hermanas Miriam, Valentina y Sofía. El pequeño Enzo “era muy bebé y no sabía caminar”. Dicen que fueron “muy buenas” y que su mamá apenas se tuvo que enfadar. Si surgía algún problema, era a la hora de compartir “gadgets” tecnológicos: “Pero lo hicimos bien”, reiteran las pequeñas.
Muy bien en casa y, ahora, también fuera. Todos con la mascarilla bien colocada, y frotándose las manos como les enseñaron en casa: “A mí me enseñó güelita”, afirma Deva Pérez. Nel Maseda decidió, en esos días de confinamiento, lo que será de mayor: “Buena persona y trabajador”. Hay que tomar nota.
