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"El dolor que sufrimos no se puede expresar", dice la familia de Teresa Aladro en la multitudinaria despedida en Caleao

El pueblo ha arropado a los familiares de la última víctima de violencia machista en España, asesinada en Laviana por su exmarido

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El hijo de la fallecida llora sobre el hombro de su abuelo, Serrano Aladro, junto a su tío y hermano de la fallecida, Manuel Aladro y su mujer, Patricia García. Juan Plaza

Un centenar de vecinos y amigos se ha concentrado en los alrededores de la Iglesia de Santa Cruz la Real de Caleao para despedir a María Teresa Aladro “Tere”, que falleció en la madrugada de ayer tras recibir un disparo de escopeta de caza por parte de su exmarido, Senén F. R., quién ha confesado el crimen y para el que se ha decretado la prisión provisional comunicada y sin fianza.

Al interior de la iglesia solo ha podido acceder un número mínimo de familiares y vecinos de la fallecida debido a las medidas establecidas para el control del covid. La familia ha agradecido a toda la gente las muestras de apoyo. "El dolor que sufrimos no se puede expresar con palabras", han transmitido. Todos los presentes han coincidido en destacar que "Tere" era "una persona muy buena, que cuidaba mucho a su familia", por lo que su asesinato es un sinsentido mayúsculo.

Una hora antes del funeral, cientos de vecinos de Laviana y autoridades locales y regionales se daban cita ante el Ayuntamiento en la concentración de repulsa por el asesinato machista sufrido por Teresa Aladro Calvo. En un ambiente de consternación se ha recordado las terribles cifras que acumula España en sólo unos pocos días, con cinco asesinatos en las últimas jornadas. El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha reconocido que "es un día nada fácil. Me sumo a la solidaridad que ha expresado el pueblo de Laviana y toda Asturias ante el asesinato de Teresa. Porque eso fue lo que pasó aquí: un asesinato, con todas las letras". Barbón se refirió sin paliativos a que "el terrorismo machista es una realidad y es una lacra. Existe y sus consecuencias son devastadoras", por lo que pidió a todos los representantes políticos que "estemos unidos en este momento reprochando de forma unánime y condenando este terrorismo, sin negar que existe y sus consecuencias".

María Teresa Aladro, en una cariñosa imagen con un bebé. Fotografía cedida por la familia

Pero el discurso oficial quedaba más silenciado cuando Barbón pasaba a citar a la familia de la fallecida. "Comparto el afecto y el sincero dolor que expresa la corporación municipal porque, como ellos, me toca de cerca. He estado esta mañana dando el pésame a sus familiares y hiela el corazón pensar en su hijo, en su padre, en su hermano, en su familia. Les abrazamos con todo el cariño que podemos. Tienen que saber que no están solos".

Mientras todo eso ocurría, en los juzgados se vivía la comparecencia como detenido de Senén F. R.. El asesino confeso, asumió la autoría ante la Guardia Civil, no ha declarado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Laviana, pero, según ha relatado su abogada posteriormente, el detenido ha "colaborado con la justicia " y se ha mostrado "muy arrepentido". La letrada también ha contado que el detenido "estaba muy mal" y "venía de una depresión". Al asesino de Teresa Aladro también se le atribuye el delito penal de tenencia ilícita de armas.

Multitudinaria despedida a Teresa Aladro, la mujer de Pola de Laviana asesinada por su marido

Una mujer familiar y “más buena que el pan”: así recordarán siempre a Teresa

Dicen en el pueblo natal de María Teresa Aladro, Caleao (Caso), que era “más buena que el pan”. Una mujer sencilla y, sobre todo, familiar. Se casó joven y era la orgullosa mamá de un chico que acaba de estrenar la veintena. Ella tenía 48 años cuando su corazón se paró. Después de que, presuntamente, el que había sido su marido durante más de dos décadas le disparara con una escopeta de caza en la madrugada de ayer. “Nadie se merece esto, pero es que Tere no se merecía más que cosas buenas”, afirmaron personas cercanas a la víctima.

La familia es muy conocida en Caso y en todo el valle del Nalón. El padre, Serrano Aladro, fue durante décadas guarda en el concejo que ahora forma parte del parque natural de Redes. Además de por su profesión, es una persona que se implicó en el asociacionismo local. El hermano de la víctima, además, regenta un reconocido negocio hostelero en Caleao.

Tere Aladro vivía desde hacía tiempo en Pola de Laviana. El año pasado recibió uno de los golpes más duros de su vida: su madre falleció, a los 74 años. “Era una persona vital, alegre, feliz... Suponía un gran apoyo para Tere, se llevaban genial”, apuntaron en el pueblo. El matrimonio, confirmaron las mismas fuentes, hace un tiempo que no iba bien: “Sabemos que ella lo estaba pasando mal, posiblemente esperó al fallecimiento de su madre para tomar la decisión que tomó. No quería darle disgustos”.

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Decidió ser libre, retomar su vida. En los últimos meses había empezado a trabajar como eventual en una residencia geriátrica de la comarca del Nalón. Su talento natural para cuidar, ser amable y empática con los demás lo trasladó al ámbito laboral. “Era cariñosa, una persona muy especial, muy buena”, apuntan los que la conocieron en su puesto de trabajo. Hace solo unos días, tal y como confirmaron fuentes oficiales, había acudido al Centro Asesor de la Mujer de Pola de Laviana para informarse y poder así iniciar los trámites de divorcio.

Se había mudado a un piso en la calle Puerto de Tarna de Pola de Laviana, no muy lejos de donde vivió tantos años con su marido. El buzón aún conserva el nombre de sus padres, propietarios de la vivienda pese a residir en el concejo de Caso. Vivía con discreción. María Teresa amaba, sobre todas las cosas, a su hijo. Era callada pero, dicen los que la conocieron, tenía una sonrisa que lo arreglaba todo.

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