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Los feriantes regresan a la actividad en Mieres tras 22 “duros” meses parados

La contenida celebración de San Xuan da cabida a las atracciones: “No aguantamos más escobazos, hemos tenido que apelar a la beneficencia”

Iván Alvarado y Rodrigo Rayón, acabando de montar el tres de la bruja. | D. M.

Iván Alvarado y Rodrigo Rayón tenían ayer al mediodía ya casi montado en Mieres el tren de la bruja, una de las atracciones que rara vez faltan en un ferial. No se han olvidado del fatigoso procedimiento, pese a que llevaban casi dos años sin acometer la tarea. “El cuerpo ha notado el parón. Aquí todo pesa y la verdad es que hemos pagado un poco la larga inactividad”, explican sin que suene a queja. Y es que si se quisieran lamentar, tienen argumentos de más peso. Pertenecen a un colectivo que no ha podido ganarse la vida con su profesión desde que estalló la pandemia. Lo han pasado mal, sin que su situación haya tenido apenas eco a nivel social. Son un colectivo pequeño: “Muchos hemos tenido que acudir a pedir ayuda a las organizaciones benéficas”.

Ricardo Cazador, junto al vicealcalde, Manuel Álvarez.

Un total de 23 “caballitos” estarán a disposición de niños y jóvenes durante la celebración del comedido San Xuan de este año. La mayoría llevan entre 20 y 22 meses sin ponerse en marcha. En Mieres parecen ver el final del túnel: “Esperemos que al salir no nos encontremos con una bruja dándonos escobazos”, apuntan sin perder el humor. Los feriantes han regresado a la faena tras recibir golpe tras golpe durante meses. “Somos los últimos en volver a la actividad. Esto no hay quien lo entienda”. Ricardo Cazador espera que el impacto de la crisis haya pasado. No quiere más colisiones con la pandemia, una paradoja para quien trabaja en los coches de choque. “En ocasiones tenemos la sensación de que somos mal vistos. Todo el mundo lleva tiempo funcionando y nosotros hemos tenido que esperar más que nadie”. Y añade: “Parece como si hiciéramos algo malo, cuando nuestra función es entretener a los niños”.

Algunos de los cachivaches llevan cerca de dos años parados. Otros, ni tan siquiera se han estrenado. Es el caso del “Adrenaline”, un gran péndulo que el gijonés Manuel Rodríguez compró a principios de 2020. “Lo tenía instalado en Santander cuando llegó la pandemia y lo tuve que desmontar sin llegar a ponerlo en marcha ni una sola vez”. Desde entonces lo tiene guardado en el remolque: “La empresa italiana nos ha permitido retrasar los pagos y estos largos meses, en mi caso, he vivido de los ahorros de mis padres”. La moratoria se ha acabado y Manuel Rodríguez espera poder trabajar con cierta normalidad a partir de ahora: “Se trata de una atracción única en toda la zona norte de España. Espero que le guste a la gente y que acudan al ferial”.

En el caso de Manuel Rodríguez la familia le ha servido de colchoneta ante la difícil etapa vivida. El resto de feriantes ha pasado por una situación muy similar: “Literalmente se puede decir que hemos ido tirando como hemos podido. Cuando no queda más remedio que seguir, pues lo que haces es sobrevivir”, explica el colectivo: “Hemos recurrido en ocasiones a entidades como Cáritas y nos hemos buscado la vida ‘cholleando’, utilizando los vehículos para portes o lo que surgiera”. No lo han tenido fácil: “Para un feriante no es nada fácil encontrar un trabajo fuera de nuestro campo, ya que hay quien nos tiene mal vistos, cuando lo único que hemos hecho toda la vida es trabajar sin descanso”. 

Ángel_Pons y “Torrente”, en la atracción “El Trullo”. | D. M.

Algunas de las atracciones que integran el ferial de San Xuan han costado más de 400.000 euros. “La gente no es consciente de que todo esto genera muchos gastos. Mi generador, él sólo, pesa más de cuatro toneladas”, explican los responsables del “Trullo”.

Mieres ha acogido a los feriantes en el marco de unas fiestas patronales atípicas, centradas en la cultura y sin ninguno de los eventos que caracterizan a la tradicional celebración de San Xuan. Con todo, el Ayuntamiento no ha querido prescindir de este colectivo, consciente el gobierno local de sus dificultades. Así, el vicealcalde, Manuel Álvarez, visitó ayer por la mañana el ferial, que se ha instalado por primera en un amplio solar perteneciente al lavadero del Batán. En parte debido a la necesidad de dar amplitud a la instalación por la pandemia y en parte también por la falta de otras ubicaciones viables.

La tradicional ubicación en la parcela central de La Mayacina ya no volverá a estar disponible ante la inminente construcción del esperado parque. “Se ha buscado, con el apoyo de Hunosa, una ubicación que cumpliera todas las medidas de seguridad para que el público infantil y juvenil pueda disfrutar tranquilamente”, explican desde la concejalía de Festejos.

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