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Vecinos de Prau Redondu abandonan sus casas ante el temor a un derrumbe

El pueblo mierense relaciona la aparición de grietas en varios inmuebles y la rotura de tuberías de la traída con la cercanía del pozo Tres Amigos

Miguel Suárez, en su sótano, totalmente apuntalado. | D.M.

Miguel Suárez está profundamente unido al pozo Tres Amigos. Arrancó carbón en esta mina mierense y ha residido casi toda su vida frente a la explotación, en el pueblo de Prau Redondu. Afirma que justo bajo su casa transcurre una ancha galería que él mismo recorrió infinidad de veces. Mientras señala al suelo con un enojo contenido, se vuelve hacia su vecino y fuerza el rostro en una mueca que podría interpretarse como una sonrisa mordaz. “No hay otra explicación, por mucho que la quieran buscar, no hay otra explicación”.

Miguel Argüelles y Ángel Luis Rubio, observando los daños. En el círculo, las obras de arreglo de la tubería. | D. M.

Los vecinos de Prau Redondu están asistiendo al hundimiento del pueblo. Los viales se están resquebrajando. Recientemente la quiebra del asfalto rompió una tubería de agua, avería que actualmente está reparando el Ayuntamiento. No obstante, los daños que más preocupan son los que afectan a las viviendas. Si bien se trata de un problema que afecta a toda la aldea, actualmente son dos las casas más afectadas, justo las que se encuentran sobre la capa de Tres Amigos que Miguel Suárez señala como la causante de los daños.

Vecinos de Prau Redondu abandonan sus casas ante el temor a un derrumbe

El sótano de la vivienda de Miguel Suárez está totalmente apuntalado. Un bosque de troncos secos y regulares atraviesa la estancia desde el suelo al techo. “Está bien asegurado, pero hay grietas por todos sitios y el primer piso puede ceder”. A principio de los noventa ya hubo problema de este tipo en Prau Redondu y entonces, explican los vecinos, Hunosa pagó el arreglo de un par de casas. La empresa pública, siempre según los vecinos, sostiene ahora que las grietas que amenazan la seguridad de los inmuebles son fruto del corrimiento de la montaña, sin incidencia de las galerías subterráneas de Tres Amigos. Se trata de un caso, por tanto, con notables paralelismo con lo que acontece en el pueblo allerano de Boo, donde en los noventa varias familias tuvieron que ser realojadas. Actualmente han vuelto a surgir problemas con la estabilidad del terreno.

Miguel Argüelles también tiene muy dañada su vivienda. “La casa se ha separado del patio de acceso y tenemos grietas en casi todas las habitaciones”, apunta. Afirma que el deterioro de la vivienda es continuo desde hace unos dos años. Él vive en Rioturbio, a unos dos kilómetros de Prau Redondu. “Mi madre ha residido gran parte de su vida en esta casa, pero me la he llevado conmigo porque la estructura se puede venir abajo en cualquier momento”. Argüelles se siente impotente. “La vivienda está reformada y se puede vivir cómodamente en ella, pero así no tiene valor”. Desde las ventanas de las habitaciones que dan al sur se distingue perfectamente el pozo Tres Amigos situado unos cincuenta metros por debajo del pueblo, casi en el fondo del valle. Miguel Argüelles tampoco tiene dudas: “Esto es por culpa de las capas”.

Los vecinos reclaman al Ayuntamiento que encargue un estudios técnico que evalúe el estado de las viviendas. “Pedimos que se realice un peritaje sobre el estado de la ladera y los inmuebles”, explican los portavoces del pueblo. De momento, el Ayuntamiento está reparando la tubería de agua que fue dañada al resquebrajarse uno de los viales de la zona alta de la aldea, a pocos metros de las casas más afectadas. “Era algo necesario, pero no se trata más que de un parche. El problema es de una alcance muchos mayor”.

De momento, los vecinos apenas han logrado que sus reclamaciones sean atendidas. “La aseguradora nos dio 1.600 euros para reparar los daños”, explica Miguel Argüelles mientras observa una grieta que recorre de arriba abajo uno de los dormitorios de su casa.

El paradisiaco paisaje que ofrece el solariego pueblo de Prau Redondu se torna en un infierno cuando estos vecinos entran en sus casas.

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