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Rioglass Solar se niega a negociar los despidos y el SOMA pide apoyo político para frenarlos

El sindicato hizo ayer una propuesta que incluía traslados, bajas incentivadas y una regulación temporal, pero fue rechazada por la empresa

La planta de Rioglass Solar en el polígono industrial de Villallana, en Lena.

La mesa de negociación celebrada ayer entre la dirección de Rioglass Solar y los miembros del comité de empresa acabó como empezó, sin acuerdo. La empresa se negó a negociar los despidos que plantea –un total de 52, aunque ofertando una treintena de reubicaciones–, a pesar de que los trabajadores presentaron una oferta mucho más flexible, con traslados, bajas incentivadas y regulaciones temporales. Asimismo, los miembros del SOMA-FITAG-UGT en el comité de empresa demandaron ayer apoyo de los ayuntamientos de Lena y Mieres –donde se ubican las factorías– y del Principado para tratar de frenar los despidos.

El planteamiento que el SOMA llevó a la mesa de negociación daba cuenta de que, la mejor medida ante la situación que vive la empresa, “es un ERTE, una regulación temporal durante año y medio hasta que mejore la situación”. Aun así, trataron de flexibilizar su propuesta con el objetivo de que la empresa se abriera a negociar. De este modo, la oferta sindical era plantear un traslado de los trabajadores a las otras plantas que la compañía tiene en España como primera opción. La segunda, para los que lo rechazaran, realizar bajas incentivadas. Y como última opción, un ERTE de 18 meses, un tiempo que el sindicato considera prudencial para recuperar la normalidad. La propuesta englobaría a toda la plantilla.

Sin embargo, la empresa se mantiene en su planteamiento inicial. Esto es un ERE de extinción para 52 de sus 91 trabajadores, ofreciendo a una treintena de ellos la recolocación en otras plantas de la compañía. Así sólo quedarían garantizados 23 empleos que son mayoritariamente de administración. Y quedan en el aire otros dieciséis puestos de trabajo que, como denunció el SOMA, no tienen garantizada su continuidad, ya que ahora se quedarían en la empresa “para hacerse cargo de un proyecto que va a entrar en la planta y que podría durar entre tres y cuatro meses”. Cuando termine, el sindicato está convencido de que la empresa volverá a plantear un ERE. Además, como consecuencia de todo esto, lo que han hecho es centralizar la producción en la planta de Mieres, dejando cerrada, de forma temporal, la de Lena. Ante la falta de acuerdo, trabajadores y empresa están citados hoy en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC), ubicado en la capital asturiana.

Pero en medio de todo lo que está pasando con Rioglass Solar, el sindicato echa en falta el apoyo de los ayuntamientos de Mieres y Lena, así como del Principado, que podría ser vital para evitar la sangría laboral en la empresa. “Si apostaron o cedieron a la hora de descarbonizar, debería apostar ahora por el futuro, que es el termosolar. No entendemos esta falta de apoyo a pesar de que contamos con una fábrica que es referente mundial”. Y es que las factorías de Rioglass Solar son las únicas fábricas a nivel mundial de espejos curvos para las plantas termosolares. Un negocio que, según el SOMA “tiene un futuro prometedor en el mercado mundial, pero a partir de julio no hay pedidos en firme, algo que se debe básicamente al abandono de las responsabilidades comerciales y de planificación de la dirección”.

Atlantica Yield, uno de los mayores operadores mundiales de plantas solares, entre otras inversiones en el sector de las energías renovables, asumió la mayoría de control en la empresa el pasado mes de marzo, ampliado su posición en el capital de la compañía hasta el 57,5%. Hasta ahora Atlantica tenía el 15% del accionariado y se estima que pueda hacerse con la totalidad de la empresa a partir de septiembre.

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