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Vendida la última finca sin edificar de la Mayacina, que llevaba 11 años abandonada

El deterioro de solar, repleto de maleza, ha venido generando graves trastornos urbanos desde la quiebra de la constructora adjudicataria

La parcela que acaba de venderse tras una década de abandono. | D. M.

La parcela de la Mayacina cuyo desarrollo urbanístico lleva bloqueado una década por la quiebra de la constructora (Oteypsa) que en su momento asumió el desarrollo del proyecto acaba de ser vendida. Los administradores concursales que actualmente están al frente de la empresa han encontrado finalmente comprador para esta finca, que desde 2010, cuando se pararon las obras, no ha dejado de generar problemas al Ayuntamiento de Mieres. Los inversores, de momento, no han hecho público el proyecto que pretenden ejecutar. Ahora bien, el Ayuntamiento está dispuesto a estudiar, si fuera necesario, un cambio de calificación de los terrenos para facilitar un uso ventajoso para la ciudad que permita acabar con los graves trastornos que genera el estado de abandono de este céntrico espacio.

El estado actual de la parcela que debía edificar Oteypsa es “deplorable”, según denunciar los vecinos. Las quejas se han venido repitiendo a lo largo de los años. Así, el gobierno de Mieres tomó en 2014 la decisión de cerrar al tránsito peatonal la acera de la calle Valeriano Miranda que linda con la obra paralizada, la última promoción del ensanche urbano de la Mayacina que queda por ejecutar. El paso sigue cortado desde entonces, obligan a los viandantes a transitar por la calzada, con el consiguiente riesgo de atropello.

Dos años más tarde, en 2016, el consistorio tuvo que abordar la retirada de las dos grandes grúas de Oteypsa, con más de treinta metros de altitud cada una, había dejado en los céntricos terrenos. La constructora las dejó abandonadas cuando surgieron los problemas de solvencia. Tras años de quejas de los vecinos, que temían que las grúas pudieran desplomarse, el Ayuntamiento decidió abordar las obras de retirada de forma subsidiaria. Quitar las grúas y devolver la parcela a la normalidad tuvo un coste de 80.500 euros.

La parcela luce actualmente llena de maleza y vegetación. En su interior han crecido árboles que se levantan ya varios metros del suelo. La construcción del citado bloque de viviendas lleva ya una década parada. Las labores se suspendieron cuando apenas estaban colocados los cimientos. Muchos compradores renunciaron a los pisos que tenían reservados, pero otros se vieron atrapados por los problemas económicos de Oteypsa. Mientras, el Ayuntamiento de Mieres no ha dejado de mostrar repetidamente su malestar, aunque las gestiones realizadas para conseguir la retirada de los permisos no han dado fruto. El equipo de gobierno de IU ya solicitó en 2012 a la sociedad estatal de suelo Sepes que requiriera a Oteypsa para que retomase las obras de construcción del inmueble de la calle Valeriano Miranda. En caso de que la constructora no asumiera esta reclamación, como sucedió, el Consistorio pedía a Sepes que procediera a la anulación del contrato de cesión del suelo. El problema radicaba, según fuentes municipales, en que Sepes esgrimió que en el contrato firmado con Oteypsa no se estipula ningún tipo de plazo para la ejecución de las obras.

La venta de la problemática parcela coincide en el tiempo con el inicio de la obra del nuevo parque de la Mayacina, el último gran arreón al plan urbanístico Vasco-Mayacina, ya sólo pendiente del proyecto que se ejecute en la antigua parcela asignada a Oteypsa. El nuevo parque dejará casi finiquitado el ensanche urbano de Mieres, una transformación que arrancó en 2005 con el derribo del viejo barrio del Vasco. La actuación afecta a algo más de una hectárea de terreno situado en pleno centro de la ciudad y rodeada de calles con alto volumen de tráfico. Las labores está previsto que duren unos seis meses. Con todo, la planificación municipal, según explicaron los portavoces del gobierno local, pasa por que no sea necesario abordar reorganizaciones viales. A lo sumo se prevé que sean necesarios cortes puntuales en alguna de las calles, pero sin excesiva incidencia en los flujos circulatorios y peatonales.

La esperada zona verde cambiará por completo la imagen del centro de Mieres. El equipamiento ofrecerá amplios jardines, gran variedad de árboles florales, espacios de juegos y numerosos caminos interiores.

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