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Armonía canina en Mieres

“Dog Harmony” entra a gestionar el albergue municipal, donde recuperará el programa de voluntariado, seis meses después de ganar el concurso

Por la izquierda, María Valderrey, “Leo”, “Aisha”, y Alba Méndez, en el albergue de Mieres. | A. Velasco

El albergue de animales de Mieres ya tiene nuevos gestores, y con ellos parece haber llegado, por fin, la armonía al equipamiento. Y no solo porque el nombre de la empresa que lo va a tutelar sea “Dog Harmony”, sino porque también sale de las instalaciones públicas otro gestor que había levantando mucha polémica y cuya presencia levantaba ampollas entre los voluntarios, que entre otras cosas llevaban ya tiempo sin poder visitar a las mascotas.

María Valderrey y Alba Méndez serán las dos personas que se encarguen del albergue mierense. Llegaron el martes, y todavía ayer estaban llevando a cabo desinfecciones de jaulas y espacios, limpieza, y adecuación de unas instalaciones que se encuentran en un estado precario. “Se ha hablando con el Ayuntamiento y nos han dicho que van a ir mejorando poco a poco el albergue, es muy necesario”, señalaba Paulino Fernández, responsable de “Dog Harmony”, que también tutela la perrera de Langreo.

Alba Méndez da de comer a “Welito”, uno de los veteranos del centro. A. Velasco

“Tenemos una quincena de animales, hoy todavía nos entraron dos”, señalaba María Valderrey, mientras sacaba al patio a un enorme mastín blanco, que buscaba caricias de sus nuevas tutoras. “Troy”, que así se llama este perro, es solo uno de los perros que ahora están en el albergue, que no hace tantos años superaban el centenar. “Cifras que ahora serían inasumibles”, añade Paulino Fernández.

Con “Dog Harmony” también se recuperará el programa de voluntariado, algo que con los anteriores gestores se había perdido. No será de forma inmediata, puesto que hay trámites que realizar, pero sí a la mayor brevedad. “Entendemos que el voluntariado no solo es importante, sino que también es necesario. Nosotros intentamos llevar a cabo el tratamiento de todos los perros que nos entran con problemas tanto físicos como psicológicos, y en este último caso, los voluntarios son de una grandísima ayuda”, indicaba el responsable de la gestora.

Después de ganar el concurso publicado por el Ayuntamiento, y esperar seis meses a que Madrid resolviese el recurso presentado por el anterior gestor, el albergue de animales de Mieres ha vuelto a la normalidad. Los ladridos suenan distinto. Tienen armonía.

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