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Juan Manuel Estrada “Juanchi” | Exalcalde de Caso y cronista oficial del concejo

“Es el último tren para rescatar lo que se pueda de la tradición oral de los pueblos”

“Siempre fui un estudioso de la historia del concejo y se lo debo al padre Patac, es un gran orgullo ser cronista oficial”

"Juanchi" Estrada, cronista oficial de Caso

Juan Manuel Estrada –conocido desde que era un chaval como “Juanchi”– fue elegido recientemente cronista oficial de Caso. Nacido en El Campo, se licenció en Historia por la Universidad de Oviedo y fue alcalde del concejo entre 1983 y 1986, antes de entrar a trabajar, por oposición, en la antigua Caja de Ahorros, donde fue director de oficina.

–¿De dónde le viene su pasión por la historia de Caso?

–Siempre fui un estudioso de la historia del concejo y se lo debo al padre Patac. Cuando yo estudiaba la carrera, como su madre era oriunda de Caso, teníamos muy buena relación. Recuerdo que incluso tenía las llaves de la Biblioteca Asturiana para entrar cuando quisiese. Allí me empecé a documentar sobre Caso. Ahora, después de jubilarme, he retomado aquella afición. He realizado colaboraciones para publicaciones digitales y también escribo pequeños relatos en las redes sociales que han tenido muy buena acogida.

–¿Qué sensaciones le deja a uno ser cronista oficial de su concejo de origen?

–Es una sensación de orgullo enorme. Me siento muy honrado.

–¿Qué debe ser divulgado de Caso, hay partes muy desconocidas de su historia?

–En cuanto a su historia, Caso es muy desconocido. Quizá otros municipios hayan vendido mejor esa historia. En la actualidad estoy participando en una investigación en la zona de Cistierna, en León, con el grupo de “Los Bribones” para rescatar la figura de un guerrero casín del siglo XII. Y voy un día a dos a la semana al archivo histórico para seguir informándome.

–¿Y el paisanaje, corre peligro de desaparecer la historia de los pueblos?

–Tengo miedo de que ya estemos llegando tarde a esa labor. Ya no nos va quedando gente que sabe de todo eso. Estamos ante el último tren para recuperar lo que podamos en lo referente a la tradición oral. Los archivos siempre van a estar ahí, pero una de las tareas es recopilar esa historia viva. Otro de los proyectos es dar a conocer el Camino Real, que en su época fue muy importante. Ahora que se habla tanto del Camino de Santiago nosotros tenemos un tramo que va de Sahagún de Campos a Oviedo y a la costa por Tarna. Hay multitud de detalles sobre ese camino que tenemos que empezar a poner en valor.

–¿Qué episodio llamativo rescataría de la historia del Caso?

–Días atrás estuve escribiendo sobre una época en la que la capital del concejo fue cabeza de partido judicial. De 1820 a 1823, durante el Trienio Liberal. Es algo muy desconocido, aunque hay mucha documentación sobre ello, de los pleitos que había y de la gente que venía de otros concejos. También estuve buscando emigrantes perdidos del siglo XVIII. Muchos personajes de otros tiempos.

–¿Qué peso tuvo en el concejo la emigración a América?

–En el primer tercio del siglo XX y a finales del XIX la influencia de Cuba era enorme. Y el poder que tenían los casinos allí también. Hubo personajes como don Saturno Miguel o los Simón. En mi labor recupero anécdotas, tradiciones o pequeños relatos.

–¿Qué personaje singulares ha habido?

–A mí me gustan mucho los personajes de la Edad Media. Hay un tal don Suero de Caso que acompañó a don Pelayo en Covadonga. Algunos son míticos y otros son reales. Después están los grandes señores que llevaron el apellido Caso, que tenía tres ramas. Estaban los Caso de la Torre, por una torre medieval que se destruyó cuando los indianos vinieron con dinero a comprar las propiedades de los antiguos condes. Había otros Caso en Orlé, que eran señores de horca y picota, que impartían justicia. Y en Bezanes había los Caso de los Cobos, que fue un apellido muy nombrado.

–¿Y entre los emigrantes?

–Entre los emigrantes antiguos es muy curioso el caso de Rosendo Gao, de Caleao, que salió de Cádiz como criado y llegó a alcanzar cierto poderío en el Perú. Fue jefe del gremio que fabricaba velas para alumbrar y también se dedicó al comercio marítimo. Él y su hermano Santos estuvieron perseguidos y condenados al destierro en la independencia del Perú. Regalaron un barco al Ejército de allí para congraciarse con ellos y naufragó a los cuatro días. Y es curioso porque siendo de pueblos de interior como somos, los tarninos, por ejemplo, fueron muy diestros a la hora de construir muelles en los puertos. En Baracoa, los Simón tenían el muelle Simón y el banco Simón. Y otro de Tarna, Inocencio Gallinar, tuvo su propio muelle en El Callao. También hubo algunos que fueron alcaldes o que tenían explotaciones de café. Y el indiano de Caso por antonomasia fue Saturnino Miguel que tenía su propia fábrica de puros.

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