Las familias ganaderas alleranas que cada año llevan sus reses para aprovechar las majadas del puerto de Braña, en la vertiente asturiana de el puerto de San Isidro, se reunieron en la majada de La Capilla, donde desde hace quinientos años se levanta una pequeña ermita presidida por la virgen de Braña.

En años anteriores, antes de la pandemia, con la procesión se iniciaba la puya del ramu de panes de escanda, la sesión vermut y la comida campestre, a base de tortillas, empanadas y corderos a la estaca. El covid obligó a suspenderlo y solo se celebró la misa. Después, las familias se dirigieron a las cabañas de su propiedad en las majadas del puerto de Braña, como La Raya, Los Collainos o La Marfonda para continuar la fiesta.