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Botellón rodante en el tren entre Gijón y Laviana: “Es una vergüenza”

Los viajeros se quejan de que hay jóvenes bebiendo, que incluso han llegado a orinar en los vagones | Reclaman más vigilancia

Un tren de la línea de la línea Gijón-Laviana de la antigua Feve a la altura de Sotrondio.

Las quejas continúan, pero las soluciones no llegan. Falta de seguridad, perros sueltos, viajes gratis saltándose los tornos, pintadas en el interior de los vagones, e incluso “peleas y gente bebiendo” en el tren. Todos estos problemas denuncian los usuarios de la línea de tren de Feve Laviana-Gijón, que reclaman “vigilancia e interventores” para intentar, al menos, mitigar la situación.

“Es una vergüenza lo que está pasando día sí y día también”, denuncian usuarios habituales del tren. “Cada vez es más normal tener que aguantar a chavales que están borrachos, que incluso beben en el tren, quitándose la mascarilla”. En algunos casos, afirman, “han incluso orinado dentro del vagón”. Que se hagan pintadas es ya hasta normal, y “hay mucha gente que viaja gratis, se saltan los tornos, o directamente están abiertos. No hay control alguno, ni quien ponga freno. En el tren va solo el maquinista”.

El futuro de la línea de tren Gijón-Laviana no pasa solo por la conclusión del soterramiento de vías de Langreo y por la próxima mejora de las infraestructuras de todo el recorrido, aseguran sus usuarios. También pasa por retomar una calidad del servicio, con limpieza, seguridad y comodidad: “No puedes sentirte acosado en un viaje del tren, ni inseguro. Y es lo que pasa hoy cada día”. Se han producido incluso “insultos y amenazas” a los maquinistas en caso de realizar alguna recriminación a los pasajeros que muestran actitudes incorrectas.

Los viajeros denunciaron ya a principios de julio que se habían retirado los guardas de seguridad y los interventores que trabajaban en la línea Gijón-Laviana los fines de semana (viernes, sábados y tardes de los domingos). Su presencia había rebajado el nivel de “viajes gratis” que se llevan a cabo en la línea. “Sin ellos, lo habitual es que mucha gente salte los tornos, que nadie pague. Sobre todo en los viajes de más corta distancia”, los que se realizan entre localidades del valle del Nalón.

Los actos vandálicos que sufren las infraestructuras de la línea son constantes, en las estaciones, incluso dentro de los propios vagones. Hay “botellón” en las estaciones durante los fines de semana y la situación se denuncia, pero “no llegan las soluciones”. La reclamación de los viajeros es clara. La mejora en el servicio pasa por cumplir horarios y también por aumentar la calidad de los viajes, incluyendo la seguridad. “Son necesarios guardas e interventores, sin ellos, los viajes pueden convertirse en un caos”.

Ahora, el Adif va a realizar una inversión millonaria en renovar toda la infraestructura del trazado ferroviario. Unida a esta inversión, los usuarios exigen “que mejore no ya solo frecuencias, la puntualidad... debe mejorar el servicio en sí. Seguridad, limpieza, comodidad”. De seguir así, auguran una estructura nueva y unos trenes “vacíos, salvo por quienes no pagan billete”.

En 2001, la línea Gijón-Laviana contaba con más de 1,2 millones de viajeros anuales. Quince años después –las últimas cifras oficiales ofrecidas–, esa cantidad se había desplomado hasta los 440.000 usuarios. El tren llegaba, como el resto de líneas, casi al centro de Gijón. La reordenación de la estación gijonesa, que la alejó del centro, fue un golpe más al tren, que en muchos casos utilizan personas sin medio de transporte propio o de edad avanzada.

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