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Ruinas, okupas, maleza, botellones y robos: el declive del histórico barrio de La Villa

Los vecinos se quejan del abandono de este espacio fundacional de la ciudad de Mieres, donde hay un creciente deterioro de sus inmuebles

Estado de la canal de La Villa, cubierta por la maleza. | D. M.

El barrio de La Villa es la cuna de Mieres. Desde este origen, la ciudad creció a finales del siglo XIX a través de una desordenada hilada de caseríos que recorría toda la zona este del caudaloso valle, hasta terminar desembocando en Requejo. Este enclave fundacional apenas alberga actualmente un puñado de casas primitivas, la mayoría en ruinas. La Villa arrastra otros muchos problemas, más que ninguna otra zona del casco urbano. Al deterioro de buena parte de las viviendas se suma la “okupación” de alguna de ellas y la presencia de delincuentes habituales vinculados al mundo de la droga. El barrio padece la organización de botellones y los indigentes se instalan habitualmente en las caleyas que ofrecen más intimidad. A lo largo de las últimas semanas se han producido robos, con la desaparición de parte del cableado de las farolas. Finalmente, la canal del arroyo Duró, que atraviesa todo el lugar, luce llena de maleza y basura.

Manuel Prado, supervisa una arqueta en la que han robado cableado. | D. M.

La asociación de vecinos lleva tiempo reclamando medidas para revitalizar La Villa. Con todo, la comunidad asume con resignación que a estas alturas es muy complicado encontrar una solución al imparable deterioro que sufre el barrio: “El gran problema es que la mayoría de las propiedades están en manos de infinidad de herederos y es muy complicado forzar rehabilitaciones y derribos”, apunta Manuel Prado, presidente del citado colectivo.

En este contexto, propietarios de bienes inmobiliarios en el barrio han comenzado a renunciar a las herencia. No ven rentable sacar al mercado propiedades situadas en pleno casco urbano. “Conocemos de la existencia de casos en que los herederos renuncian a las casas para evitarse problemas”, remarca Prado. El último escrito en este sentido llegó la pasada semana por parte de una vecina asentada ahora a Gijón. El Ayuntamiento de Mieres ha intensificado los procedimientos de derribos dentro del plan municipal impulsado ya en 2018, que prioriza las actuaciones en función del riesgo de derrumbe. Unas acciones, puntualizan los responsables municipales, que se realizan siempre después de varios requerimientos de forma oficial a las personas propietarias –responsables últimas del estado de sus inmuebles– y cumpliendo siempre con todos los requisitos y procedimientos legales.

El barrio de La Villa, junto a Requejo el último recoveco de los espacios fundacionales de la ciudad, se está desmoronando. En este caso, el termino se puede aplicar literalmente. Hay escombros, basura, maleza, paredes resquebrajadas, tejados desmoronados, aleros sueltos y cascotes por todas las esquinas. El barrio cuenta con el inmueble civil más antiguo de la ciudad, la Casa Duró, construida un poco antes de 1700, aunque varias veces remodelada. Este desordenado entramado de estrechas caleyas esconde edificaciones de gran valor simbólico para la ciudad. Y es que aún se mantienen en pie varias casas construidas en la década de 1870. Ahora bien, son demasiadas las construcciones que se encuentran en ruinas.

La pertinaz presencia de casas abandonadas ha terminado por provocar un problema con la ocupación de estos inmuebles. “Hay noches que están hasta la seis de la mañana haciendo ruido”, apuntan los vecinos, que han denunciando el robo de cableado eléctrico para la venta ilegal de cobre.

La asociación de vecinos apunta que la convivencia es muy complicada. Al parecer, según han trasladado los vecinos a los cuerpos policiales, los “okupas” se han conectado ilegalmente a la red eléctrica y captan el agua desde una propiedad anexa. “Tienden la ropa cortando la calle y se sientan en mitad de la calzada impidieron el paso de los coches”.

Zona céntrica

Otro problema es la frecuente organización de botellones en las inmediaciones de la canal del arroyo Duró, que transita a lo largo de uno de los laterales del instituto Bernaldo de Quirós, hasta quedar soterrado a la altura de la residencia del campus. Todo el cauce urbano está actualmente lleno de maleza y basura. “La imagen es deplorable y eso que se trata de una zona de intensa actividad peatonal”, apuntan los vecinos. La canal de La Villa se encuentra anexa al campus de Barredo y a pocos metros de la estación de autobuses de la ciudad.

Los expertos sostienen que buena parte de los problemas que arrastra La Villa tienen su origen en la agresiva reforma del barrio que se acometió hace ya 30 años, permitiendo edificar en altura. Paradójicamente, el Ayuntamiento dio un volantazo a continuación y paralizó la reforma urbana de Requejo para evitar una situación similar, aunque a la larga la medida resultó negativa al posponerse hasta el presente el desarrollo de un plan parcial.

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