El único objetivo es ayudar a los afectados por la erupción y permitir a todos los equipos de intervinientes contar con la alimentación necesaria para el enorme esfuerzo que están realizando. En La Palma cuenta con el apoyo del cocinero y jefe de productos frescos de la cadena de supermercados Spar, Serafín Romero, quien ha puesto a todo su equipo e instalaciones a las órdenes del chef José Andrés. Allí, “desde el martes estamos cocinando y aprendiendo un poco de la situación de mucha gente”, destaca el cocinero, quien hace hincapié en que “cuando las cámaras se vayan, nosotros seguiremos cocinando”. El chef, premio “Princesa de Asturias” de la Concordia 2021, también alaba la respuesta “muy bien organizada” que se ha dado a esta situación de emergencia, recalcando que en eventos de este tipo es importante que se trabaje con fluidez los primeros días.

Su ONG ha trabajado este mes en Haití y en Nueva Orleans, donde se aprovechan los productos y cocina local. Algo que no podía ser diferente en el caso de La Palma. Así, los más de 700 menús, en tres comidas al día, tienen presentes los valores de la cocina palmera y los frutos de su tierra. Esta filosofía de trabajo permite que, por ejemplo, los equipos de emergencia y personas desplazadas hayan comido en estas jornadas rancho canario o ropa vieja, entre otras elaboraciones típicas de La Palma. Y es que “cuando tienes cocineros locales y estás en una isla agrícola como ésta, pues lo mejor que puedes hacer es traerle a la gente la comida que entienden y que aprecian”, destaca.

José Andrés aprovechó para hacer hincapié en que la La Palma sigue siendo “un lugar maravilloso” en el que dice haber encontrado mucha empatía y se muestra orgulloso por el proceso de activación de todos los medios para ayudar a los afectados, “estar ahí a su lado y empezar a cubrir las necesidades iniciales de mantener todas esas familias”. Aquí, “está todo el mundo ayudando a todo el mundo”.

En ese trabajo, destaca que su equipo se adapta a las circunstancias de cada lugar en el que les toca trabajar, ya que “nunca hay un plan”. En unas emergencias han tenido que repartir en barco, en otras en avión o helicópteros, o incluso andando, pero en La Palma tienen a disposición unas instalaciones que permiten ofrecer mejores garantías de calidad y servicio.