“Yo puse los taburetes nada más que dejaron abrir las barras de nuevo. Tuve que quitarles el polvo porque estaban en el almacén. Me hizo mucha ilusión. Fue una alegría enorme y el primer día que se abrió la barra tuvimos a una pareja que estuvo como cuatro horas allí, charlando y disfrutando de poder volver a la barra”. Así relata Hugo Suárez, propietario de “El Espumeru” –un negocio de La Felguera que cocina pizzas y fabrica y vende en el local su propia cerveza– cómo vivió la reapertura de las barras, después de que, hace unos días, la medida fuera autorizada por el Principado.

“En nuestro caso” –relata Suárez– “como pizzería, buena parte del consumo es en la mesa, pero faltaba la charleta del bar. Lo echábamos de menos sobre todo por el tema de la cerveza. Los horarios de comidas y cenas van más o menos bien, pero entre horas, el tardeo y el vermuteo sí que piden barra”.

Al igual que otros hosteleros, Suárez cree que los clientes retornarán poco a poco a las barras, aunque al principio cueste un poco. “La gente se ha deshabituado un poco, pero creo que volverá. Somos animales de costumbres y se acabará regresando a la barra”, argumenta.

Complemento

Para este hostelero, la barra actualmente es para nosotros “más un complemento, pero más que nada por los horarios que están establecidos actualmente. Cuando trabajamos lo que es la noche, aquí la barra es fundamental. Pero los cierto es que la gente sí que se desenganchó de la noche y va a costar recuperar todo eso hasta volver a como era antes de la pandemia. De hecho, yo no sé qué hacer con ella”.

Suárez confiesa que no solo echaba de menos la barra como hostelero, sino también como cliente. “En mi caso personal, por las mañanas me encanta ir al banco o hacer las gestiones que tenga que hacer y después tomarme un café en la barra de un bar; es un gran momento”.

Suárez esgrime que, pese al cambio de hábitos, hay clientes que “son muy de barra”. “Hay algunos clientes que viene solos y parece que incluso les da un poco de apuro ocupar una mesa. Es gente que viene y que coge el periódico o el móvil mientras toma su cerveza o lo que pida”. Y añade: “La barra da mucha proximidad y hay algunos bares que son la barra, les da la vida. Existen locales que están diseñados para tener un aprovechamiento máximo de la barra y a esos locales el cierre de este espacio los hunde”.