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“Me escapó el coche, pido perdón”, dice el conductor del accidente mortal de El Entrego

El joven, amigo de los dos fallecidos, declaró que la vía “estaba húmeda” y “no iba rápido”, una versión rechazada por el copiloto y la Guardia Civil

El acusado, de espaldas, durante su declaración en el Juzgado de lo Penal de Langreo. | D. M.

El joven conductor del coche accidentado en noviembre de 2018 cerca de El Entrego –en el que viajaba con cuatro amigos, de los que dos perdieron la vida– pidió ayer en sede judicial “perdón”, afirmando que “la carretera estaba húmeda” y que el vehículo se le “escapó” en una curva pese a circular –relató– a una velocidad de entre 45 y 50 kilómetros por hora, justo dentro del límite permitido en ese tramo. “No iba rápido”, señaló. Fue lo único que se escuchó a su favor en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal de Langreo, ya que el resto de testimonios rebatieron esta versión de los hechos. El joven tenía en el momento de los hechos 19 años y había obtenido el permiso de conducir apenas un mes antes.

E. F. L. M. se desdijo ayer de lo que declaró ante la Guardia Civil tras el siniestro. Varios agentes testificaron que inicialmente asumió ante uno de ellos que “iba haciendo el tonto” y demasiado rápido. Los guardias fueron tajantes al sostener que el coche circulaba a una “velocidad excesiva”, posiblemente a unos 70 por hora. El ocupante del asiento del copiloto confirmó la conclusión del atestado, señalando que iban “fuerte” y haciendo “trazadas”. Cuando se le indicó si la conducción podría asimilarse a lo que coloquialmente es hacer “rally”, dijo que “sí”. Además, negó que la carretera estuviera mojada y añadió que el acusado no le hizo caso cuando le advirtió de la imposibilidad de tomar la curva en que se produjo el accidente, apuntándole que se la iban “a comer”.

Con todo, E. F. L. M. “no frenó”. El resultado fue que el turismo, tras chocar contra un bordillo de 13 centímetros de altura, se empotró contra la valla de la carretera de la Güeria Carrocera, arrancándola de cuajo del firme, y volando por el aire 17 metros, arrastrándose por último por el suelo otros 13 metros hasta detenerse al colisionar contra una caseta de aperos de labranza. “No hay la menor duda de que iba por encima de los cincuenta kilómetros por hora permitidos en ese tramo”, apuntó uno de los agentes de Tráfico encargados de las diligencias. El coche circulaba en cuarta marcha.

El trágico accidente se produjo un domingo (25 de noviembre) sobre las ocho y media de la tarde en la Güeria de Carrocera, población próxima a El Entrego. El acusado se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de prisión. Esa es la condena que reclaman las familias de las dos víctimas mortales. Por una parte está Hugo Fernández, el joven de 24 años de edad que viajaba en la parte trasera del vehículo y que fallecería tras permanecer ingresado 47 días en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) debido a las graves lesiones sufridas en el siniestro. El accidente también se cobró la vida, en este caso en el acto, de su novia, Yoselín Vega López, de 20 años. El conductor y el copiloto sufrieron lesiones leves, mientras que el quinto joven que viajaba en el vehículo, que iba realizando una emisión en “directo” a través de las redes sociales, también evitó daños graves, aunque tuvo que ser hospitalizado.

La Fiscalía reclama tres años y medio de prisión para el acusado. “Un accidente es algo que no se puede evitar, pero aquí hubo imprudencia grave y un desprecio manifiesto por la vida de los fallecidos”. El Ministerio Fiscal reclamó al juez “una condena ejemplarizante”, afeando al acusado su empeño en negar “la tozudez de los hechos”, “faltando al respeto” a las familias de las víctimas, que ayer no acudieron al juicio, según explicaron sus letrados, Manuel Vicente Vallina y José Silvino Ronderos, al “no haber superado el dolor de la tragedia”

Los cinco jóvenes que viajaban en el vehículo eran amigos y se dirigían a “tomar algo” a La Felguera” tras visitar el centro comercial de El Entrego. Tomaron la sinuosa carretera interior del valle en vez del Corredor del Nalón a propuesta del acusado, sin que nadie se opusiera. A lo largo de la vista oral de ayer, tanto la Fiscalía como la acusación particular argumentaron de manera convincente que la decisión de tomar la vieja calzada estaba motivada en el interés del conductor en hacer “trazadas” durante el desplazamiento. Él se limitó a señalar que fue “solo por dar una vuelta”.

Velocidad excesiva

En el accidente se destrozaron vidas, pero también se rompieron amistades. Y es que el testimonio del copiloto, en línea con el informe de Tráfico, fue en contra de la base de la defensa del acusado. Tras explicar que E. F. L. M. le había retirado la palabra a raíz de su declaración inicial ante la Guardia Civil, ayer se reafirmó en su relato. Negó que la carretera estuviera mojada ni resbaladiza, principal descargo de la defensa. Reconoció que el coche iba excesivamente rápido y, además, remarcó que gritó “la curva, nos la vamos a comer”, justo segundos antes del siniestro.

El acusado dio un volantazo a la izquierda para tratar de corregir la dirección del vehículo, cosa que no consiguió. El coche se salió de la vía por el margen izquierdo, “colisionando con mucha fuerza contra la valla metálica protectora y cayendo, tras salir despedido varios metros volando por el aire, en un terraplén”. Tras aterrizar en un camino vecinal, volcó sobre el lateral izquierdo y el techo dañando un muro de piedras y una portilla metálica, “dando el vehículo una segunda vuelta de campana hasta chocar con la citada caseta de aperos de labranza”.

Si el atestado de la Guardia Civil y el testimonio del copiloto comprometieron fueron contundentes, también lo fue la declaración de otra testigo. En el momento del accidente, el joven que iba con los dos fallecidos en los asientos traseros realizaba un “directo” en redes sociales con su teléfono móvil. De esta forma, una amiga del grupo presenció lo sucedido. Según testificó ayer en el juzgado, escuchó claramente como uno de los integrantes le gritaba al acusado momentos antes del accidente, pidiendo que fuera más despacio. Durante el interrogatorio se llegó a la conclusión de que se trataba de Hugo Fernández, uno de los dos fallecidos.

Yoselín Vega, de 20 años, y Hugo Fernández, de 24, en noviembre de 2018 añadió al componente trágico un aditamento de desagrado que arroja sospechas sobre unos hechos ya sin más suficientemente dolorosos. Una vez ha quedado confirmado que el joven que viajaba con los dos fallecidos en los asientos traseros estaba haciendo un directo con su teléfono móvil a través de las redes sociales, el citado vídeo no ha podido ser recuperado.

Si bien el contenido de la emisión quedó recogido en el juicio a través del testimonio de la joven que estaba siguiendo el directo desde su casa, tanto la Fiscalía como la acusación particular intentaron ayer conocer lo sucedido con la grabación. El copiloto dijo haber recogido él del suelo el teléfono de su amigo y afirmó que se lo había entregado a la citada testigo, que tras presenciar el siniestro desde su casa acudió de inmediato al lugar. Ésta, a su vez, declaró habérselo dado a otra amiga del grupo, que también fue avisada de lo sucedido y acudió de inmediato.

La joven también testificó ayer en la vista oral celebrada en los juzgados de Sama. Fue tajante al afirmar que nunca le llegaron a entregar el teléfono móvil. De hecho, lo que hizo tras verificar la muerte de su amiga Yoselín Vega, fue ir en busca de la madre de la fallecida, acompañándola al lugar del siniestro. “Cuando llegó y vio a su hija, se desmayó”, explicó. Doloroso final para una tarde de ocio entre cinco amigos.

El trayecto se emitió en un “directo” en redes sociales y el móvil utilizado no llegó a aparecer

El accidente en el que perdieron la vida

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