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Beatriz Cepeda, “Perra de Satán” Activista feminista, está hoy en el festival FIASCO

“Cuando alguien nos rompe los esquemas, la reacción es el miedo, o la violencia”

“Veníamos de un época con una cultura de delgadez extrema; el ‘body positive’ no es ser gordo y feliz, es alcanzar una vida que te haga feliz”

Beatriz Cepeda, "Perra de Satán". Alberto Ortega

Se nombró “Perra de Satán” porque quería sonar en la red. Y lo consiguió. Beatriz Cepeda tiene las redes a tope: más de 51.000 seguidores en Instagram, 82.561 en Twitter. A pesar de que se bautizó en el infierno, usa sus cuentas para el bien. Para abanderar el feminismo, el body positive (o body positivity) –movimiento que aboga por la aceptación de todos los cuerpos–. Para hablar claro y, casi siempre, desde el humor. Como el día que narró una aventura sexual con un “forocochero”. “Romeo y Julieta” del siglo XXI: él, en un foro que abomina los kilos de más; ella, se autodefine gorda. Quizás le saquen el tema este domingo, en el “Vis a vis-Vermú“ del Festival FIASCO. Estarán ella y Rodrigo Cuevas, a las 13 horas en el Auditorio “Teodoro Cuesta” de Mieres, charlando bajo el epígrafe “Completamente muertas pero cachondas perdidas”. Aquí un adelanto, para conocerla mejor. A Bea Cepeda, no a “Perra de Satán”. ¿O es lo mismo?

–¿Qué fue antes, “Perra de Satán” o Twitter?

–“Perra de Satán”. Cuando Fotolog se puso de moda, yo me dije que por qué no abrirlo, ahí fue donde me busqué un nombre que llamara la atención. Y empecé a llegar a gente que no conocía por unos textos que empecé a escribir, los llamaba “Pensamientos de la piscina”.

–¿Y eso?

–En aquel momento, iba a nadar a la piscina por hacer ejercicio. A mí nadar me parece un coñazo, porque es ir de un lado a otro. Así que aprovechaba para inventarme historias. Cuando llegaba a casa, después de ducharme, escribía esa historia graciosa. Escribiendo humor empecé a llegar desconocidos.

–¿Y pronto crecieron los “followers”?

–En twitter me hice más conocida, también en “We Lover Size” (revista digital feminista, basada en el body positive). Lo cierto es que “We Lover Size” fue un trampolín enorme.

–Uno de sus artículos más sonados fue en el que relataba un encuentro sexual con un “forocochero”. ¿Ocurrió de verdad?

–En el estilo en el que más cómoda me siento es en el que académicamente se denomina autoficción. Partir de tu propia vida y ficcionar partes. Lo gracioso es que el lector entra en el juego de preguntarse qué es real y qué no lo es. Puedes darles cosas que son muy fuertes y no parecen reales y otras totalmente inverosímiles.

–¿Pero fue real?

–Sí, fue real. No tengo el artículo fresco ni aquí delante, así que no puedo decirte si es cien por cien real, pero partió de una anécdota real.

–Es una de las abanderadas del “body positive”, ¿Cómo le sientan las críticas al movimiento?

–Yo, al principio, solo escribía humor. Pero, en “We Lover Size”, empecé a hacer activismo. Allí conocí el “body positive”. Con esta distancia que da el tiempo, esto empezó en 2014, puedo decir que críticos siempre los habrá. Cuando alguien nos rompe los esquemas, la reacción es siempre de miedo o, incluso, de violencia. ¿Te pongo un ejemplo?

–Claro, un ejemplo...

–Cuando ves a un fantasma, yo nunca lo he visto pero escucho testimonios; soy muy fan de Cuarto Milenio... significa que la realidad, según la concebías, se cae delante de ti. Nos aterra y nos violenta porque se caen las estructuras sobre las que se cimenta nuestra seguridad y nuestra vida.

–¿Eso cree que ocurrió con el “body positive”?

–Cuando irrumpió el “body positive” en España, que tuvo su “boom” particular, salieron voces críticas por dos razones. Algunas, porque habrá gente que no esté de acuerdo. Habrá quien crea que una persona no puede aceptarse si tiene un problema de salud. Cosa que me parece, discúlpame la palabra, nazi. Y por otro lado, la gente que veníamos de una década en la que la cultura de la delgadez extrema era más que evidente. Si te dicen, de repente, que puedes tener un cuerpo normal, o incluso estar gordo, y tener una vida plena... Hay personas que se esfuerzan, invierten su tiempo, su salud mental y su dinero en mantener el cuerpo delgado. Es por eso que sienten como menospreciado su esfuerzo. Pero creo que no se ha entendido bien el movimiento.

–Explíquese.

–El “body positive” no significa ser gordo y feliz, significa alcanzar la vida que te haga feliz. Si lo que te gusta es ir al gimnasio y te gusta, y vas siete días a la semana porque te hace feliz, pues olé tu c... Si alguien descubre que su cuerpo no adelgaza, por muchas dietas que haga, y que por eso no tiene por qué cargar con crítica social o estigmas... Esto es algo que yo quiero defender. Es verdad que yo estoy gorda, es fácil defender lo que te viene bien. Pero yo siempre he hablado del “body positive” desde el punto de vista de que tu cuerpo, sea como sea, no te puede impedir lo que quieres hacer.

–¿Qué hay en “Perra de Satán” de Bea, y viceversa?

–A día de hoy, “Perra de Satán” se ha convertido en mi trabajo. Mantener sus redes, su podcast... es un trabajo. Así que, aunque tienen muchas cosas en común, lo cierto es que Bea puede vivir sin “Perra de Satán” pero “Perra de Satán” no puede vivir sin Bea. También nos diferenciamos en el tono. Hay gente que me conoce como “Perra de Satán” y al conocerme a mí, a Bea, me dice que me imaginaba de otra forma. Que “Perra de Satán” intimida, y yo soy cercana, cariñosa... “Perra de Satán” es siempre divertida, yo no soy siempre divertida.

–¿Se divertirá hoy domingo en Mieres?

–Seguro, porque me encanta Asturias. Llevo muchos años pasando aquí mis vacaciones. Así que esta vez, aunque sea una visita exprés por temas de trabajo, estoy contenta. Además, con Rodrigo Cuevas. Es una persona de la que siempre aprendo y que, además, es muy divertida.

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