La empresas ligadas al sector de la construcción en Asturias pretende crear un nuevo marco de colaboración con la Universidad de Oviedo para relanzar el actual proceso de modernización e innovación en que está inmerso este amplio campo industrial. La joven generación de empresarios que comandan la búsqueda de nuevos nichos de negocio mantuvo ayer en el campus de Mieres un encuentro con profesores y alumnos. Se planteó abiertamente, “por el bien de ambas partes”, la necesidad de potenciar unos lazos de colaboración que actualmente se consideran insuficientes, con más prácticas y una mayor presencia de las empresas en el ámbito universitario, en especial, en el de las ingeniarías.
El campus de Barredo acogió ayer una jornada de interacción entre el clúster de Economía Circular y Construcción Cero Emisiones (ECCO) y la Escuela Politécnica de Mieres. Las empresas perciben la necesidad de estrechar la relación con la Universidad, una demanda que también está presente en la entidad académica. De hecho, ha sido la propia la Universidad la que ha dado el primer paso a la hora de levantar los nuevos puentes. “Es importante establecer vías de colaboración y confiamos en que este encuentro sea un punto de arranque de una fructífera relación”, apuntó Asun Cámara, directora de la Politécnica.
El sector de la nueva construcción circular y comprometida ambientalmente dejó ayer patente en Barredo que está inmerso en un proceso de transformación de carácter generacional. Fueron los nuevos empresarios, de entre 30 y 40 años, quienes plantearon incentivos a los estudiantes. “Es importante establecer vínculos, ya que la innovación depende del mestizaje”, apuntó David Álvarez Fuertes. El director técnico de la firma Excade remarcó que, igualmente que los estudiantes hacen practicas en las empresas, “éstas deben tener una mayor presencia en las facultades”. “Hay que cimentar la praxis sobre la teoría”. Abogó porque las empresas miren hacia la Universidad para solucionar problemas, entre los que citó, por ejemplo, “la búsqueda de los perfiles que trabajadores que demanda el mercado de trabajo”.
Manuel Francisco Iglesias Intriago es director técnico Arposa, la constructora que ejecuta la obra del nuevo parque de La Mayacina. “Tenéis que buscar buenas empresas que apuesten por la formación”, aconsejó a los alumnos de Barredo. “Hay que moverse, perder el miedo, y acceder a los programas que se ofertan para nuevos titulados”. En este sentido indicó que la construcción actual es un sector que “necesita gente bien preparada”.
Ignacio Martínez Pérez es el actual gerente de Deymet. Destacó que la crisis que arrancó en 2007 oscureció las expectativas para la nueva generación de ingenieros, que antes de la recesión apenas tenía dificultades para acceder al mercado laboral nada más concluir los estudios. “El mercado está complicado pero, poco a poco, las empresas que han sobrevivido han comenzado a contratar”. Este ingeniero de Caminos detecta que “falta comunicación” entre empresas y Universidad. “Hay que potenciar herramientas como las prácticas. Al final, la aportación de la Universidad es clave para la resolución de problemas”. En este sentido, afirma Martínez, la construcción necesita de la entidad académica para abordar el “salto tecnológico” que actualmente está en marcha.
La jornada desarrollada ayer en el campus de Mieres avanzó en la necesidad de compartir “un espacio de comunicación bidireccional en el que las empresas aportarán sus estructuras y su cercanía al mercado para favorecer la incorporación de talento al sector y la universidad compartirá sus proyectos de I+D para acercar la innovación”.
