El primer polígono del parque natural de Redes, ubicado en Comillera, tiene dos parcelas vendidas. Con las obras de urbanización finalizadas desde hace más de nueve años, el suelo industrial fue recuperado por el Ayuntamiento de Sobrescobio después de que no fructificase el proyecto de apertura de una embotelladora de agua y un lagar de sidra. Ahora, dos empresas han adquirido otras tantas parcelas, aseguró el alcalde, Marcelino Martínez.
Además, añadió el regidor, “se está negociando con más compañías”. De las nueve parcelas dos han sido vendidas y otras dos admiten ofertas. También ha reservado suelo para constatar si era viable desarrollar una embotelladora de agua. La cooperativa forestal Cofoso compró la primera de las parcelas y el dueño de un taller mecánico ubicado en Laviana se hizo con la segunda, que tienen una superficie de 730 metros cuadrados cada una.
Ambas están actualmente inmersas “en los trámites para empezar las obras”, señaló el Alcalde. Tras no fructificar la instalación de una embotelladora de agua y un lagar de sidra, el Consistorio sacó de nuevo a la venta las parcelas con los precios “en la categoría de los más bajos y los más competitivos de Asturias”, indicó el Ayuntamiento. Cada una, cuya superficie es de 730 metros cuadrados, tenía un precio de saluda de 17.666 euros. El primero de los procedimientos quedó desierto aunque tres empresarios se interesaron por el suelo disponible y posteriormente se concretaría una de las operaciones.
El Consistorio convocó otro concurso en septiembre de este año, abriendo el plazo de un año para la nueva concesión, durante el cual el Ayuntamiento de Sobrescobio podría asignar, de manera directa y por el mismo importe, las parcelas del polígono. Los proyectos del sector agroalimentario, ganadero o forestal, reflejaban las bases del proceso abierto por el Consistorio. El polígono de Comillera cuenta con una superficie total de 22.910 metros cuadrados que incluyen viales, aparcamientos y las propias parcelas (8.000 metros cuadrados).
El proyecto de la embotelladora de agua contaba con un presupuesto de 3,9 millones de euros y se preveía que empezase a funcionar a finales de 2015. Su objetivo era el de competir en el mercado de las denominadas aguas “premium”, de alta calidad. El proyecto no se llegó a desarrollar y las parcelas fueron recuperadas por el Ayuntamiento para ponerlas a disposición de empresas interesadas en asentarse en el municipio.
