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El aula más familiar de Asturias: una madre y su hijo imparten clase juntos en un colegio de Mieres

Encarnita Roche es docente en el Teodoro Cuesta y su hijo Pablo García, profesor de apoyo de los mismos alumnos: "Ha sido una casualidad maravillosa"

Encarnita Roche y su hijo, Pablo García, ayer dando clase juntos en sexto de Primaria en el colegio Teodoro Cuesta de Mieres

Pablo García cumplió 25 años el pasado día 28 de diciembre. Estudió Magisterio y es profesor interino de Primaria. Ese día, el de su cumpleaños, sonó el teléfono de su madre, Encarnita Roche, también profesora de Primaria. Era Rubén López Barrero, jefe de estudios del colegio público Teodoro Cuesta de Mieres, donde Encarnita es profesora y secretaria. Su compañero le informaba de que la Consejería de Educación les había adjudicado un profesor de apoyo a media jornada dentro del programa ProaPlus, y que ese profesor era Pablo, su hijo. Los dos pensaron que era una inocentada pero minutos después la web de la Consejería de Educación, donde se publican las plazas adjudicadas, les sacaba de dudas.

“Pensaba que me iba a tocar Cangas del Narcea, Taramundi o cualquier otro lugar lejos de Mieres”, explica. Aun así, en la convocatoria pidió una media jornada en su localidad natal. Y sucedió, la Navidad hizo su magia. Su madre insiste en que “ha sido pura casualidad, en la administración pública es imposible que esto sucediese por enchufe”.

Pablo, que el año pasado había trabajado en el colegio San Pedro de los Arcos, en Oviedo, quería estar cerca de casa, cerca de su familia y lo ha logrado. Más cerca no podía estar, comparte aula con su madre. “No estaba dentro de mis planes”, reconoce el joven respecto a esa casualidad que le ha llevado a compartir docencia con su madre, algo que es “una experiencia diferente, única”.

Al joven lo de la docencia le viene por vocación, una vocación espoleada por una madre que lleva 21 años de docencia y que nunca se imaginó poder compartir trabajo con su hijo. Para ella es “una lotería, el mejor regalo de Navidad que nos podían hacer; el no va más”.

Madre e hijo compartieron ayer por primera vez aula en sexto de primaria, ella como profesora titular y él como docente de apoyo. Durante todo el año, madre e hijo impartirán clase juntos tres horas y media a la semana, “el resto del tiempo él estará con otros profesores”, explica Encarnita Roche, que aplaude la decisión de la Consejería de Educación de sacar una convocatoria especial de profesores de apoyo a media jornada. “Son docentes que nos ayudan mucho”, explica la profesora, que añade que ve “muy positivo el criterio” de la Consejería de Educación de impulsar esta medida. “Y si encima coincide que el profesor de apoyo que tengo en el aula es mi hijo, pues genial”, argumenta.

Encarnita Roche y Pablo García, dando clase en sexto de Primaria D. M.

Por el momento solo han dado una hora de clase juntos y la sensación para Pablo “es muy diferente”. Lo dice en positivo “porque la confianza se nota a la hora de trabajar”. “Por ahora no hemos encontrado nada negativo”, dicen el unísono.

Ella reconoce que en el aula le ha entrado la tentación de hacer de madre, “pero no porque no lo haga bien sino por darle confianza y que se suelte, igual que cuando he tenido compañeros que estaban haciendo prácticas”. La madre esgrime que elle tiene 21 años de experiencia “y él acaba de salir de la Universidad, que no se parece nada a la docencia real”.

Lo generacional tampoco supone una barrera a la hora de enfrentarse a la docencia porque, como explica la madre, “en este colegio estamos en constante evolución y la metodología y el proyecto educativo del director, Juan Molinero, es de evaluación formativa, no es un método tradicional, anclado en el pasado”. Aun así, concede que los profesores de la edad de su hijo “pueden ser algo más ágiles en nuevas tecnologías, pero no se nota la diferencia”.

Encarnita Roche y su hijo Pablo viven juntos así que el trabajo también llega a casa. “No desconectamos, incluso comiendo estamos comentando cosas de los críos del colegio”, reconoce ella, que ha aprovechado estos primeros días para poner a su hijo al corriente de las peculiaridades de cada uno de los alumnos.

Un joven que ha encontrado el trabajo que quería cerca de casa y una madre tan orgullosa que no duda en decir que “estar con mi hijo en clase es el no va más”.

Los alumnos ya están al corriente de la situación “y por ahora no han dicho nada, al final solo somos un profesor y una profesora que comparten aula en el mismo colegio”, remata el joven docente de Mieres.

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