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Nuevas investigaciones sobre los osos: los ejemplares cantábricos se adaptan y ven las carreteras como parte de su territorio

La tesis del científico Enrique González concluye que estas infraestructuras “no modifican sustancialmente su hábitat”

Enrique González Bernardo, durante el trabajo de campo.

¿Afectan las carreteras a la distribución espacial de los osos? La tesis “Nuevos aspectos del comportamiento y de la ecología del oso pardo en ambientes humanizados” que firma Enrique González Bernardo concluye que este tipo de infraestructuras “no modifican sustancialmente el hábitat de estos animales”. El estudio, que fue dirigido por Vicenzo Penteriani y María del Mar Delgado dentro del programa de doctorado en Biogeociencias de la Universidad de Oviedo, también analiza otras cuestiones relacionadas con los plantígrados como la hibernación o la comunicación interespecífica de la especie utilizando los árboles como si estos fueran un tablón de anuncios.

González Bernardo comenzó su tesis en junio de 2018 como investigador predoctoral dentro del actual Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB), con sede en el edificio de investigación del campus de Mieres. Su trabajo estuvo ligado al Grupo de Investigación del Oso Cantábrico, con el que todavía colabora. En medio, como apunta, “ha habido mucho trabajo de campo”.

Para analizar el efecto de las carreteras sobre los osos, la investigación se basó en datos de observaciones de los plantígrados durante los últimos veinte años. “Encontramos que ninguna variable explica bien la distancia de los osos a las carreteras y vemos que están habituados a la presencia de carreteras o infraestructuras de transporte, por eso consideramos que el efecto sobre el hábitat de los osos es pequeño”, explica. A los datos de observación también se sumó un análisis de cómo una carretera podría modificar la idoneidad del hábitat del oso pardo. “Dividimos el territorio por cuadrículas y comprobamos también que las actuales carreteras no modifican sustancialmente el hábitat de los osos, en muchos casos porque también atraviesan hábitats poco favorables para estos animales”.

Uno de los osos destapa su marca. | | GRUPO DE INVESTIGACIÓN DEL OSO CANTÁBRICO

Pero la investigación no se queda aquí, la intención de González Bernardo es llevarla más allá de la tesis. “Comparamos el trabajo con otros similares que se han realizado en otras partes del mundo y vimos que la afección de las carreteras en los osos siempre se reporta como menor o inexistente en poblaciones de Europa, pero en América del Norte se describen efectos mucho mayores, dando a entender que las poblaciones de plantígrados no se han adaptado tan bien a la presencia de seres humanos”, explica. Y es que “la mayor persecución histórica ha podido llevar a que las poblaciones europeas de osos se adapten con su comportamiento o con sus dietas para volverse menos problemáticos con el ser humano y causar menos daños a sus bienes, es un campo que nos gustaría explorar ahora”.

Comunicación

Otro de los aspectos de la tesis fue la comunicación interespecífica de la especie. “Lo primero que hicimos fue analizar los sustratos de comunicación en los árboles, ya que siempre lo hacen en unos árboles determinados que funcionan como un nodo de una red de comunicaciones”, apunta. Así, analizarlos por qué se elige un árbol determinado y descubrieron que “los osos seleccionan árboles grandes y accesibles, que estén cerca de caminos y con pocos árboles a su alrededor, es decir, quieren poner su anuncio en un lugar que sea visible y accesible”.

Y siguiendo con esta investigación sobre la comunicación entre los plantígrados, vieron que en estos árboles había trozos de corteza arrancados que podían tener una función distinta. Hicieron un experimento. Cubrieron las marcas con corteza del propio árbol y pusieron una cámara para ver qué ocurría. En los vídeos se veía al oso que retiraba la corteza de forma automática. “Parecía como si le molestase que estuviese su marca cubierta, y el hecho de que sólo lo hiciesen los machos durante la época de celo nos hizo pensar que estaba relacionado con la reproducción”, apunta. De hecho, los osos hacían la marca “todo lo alto que podían, suponemos que para dar a entender su tamaño, así pueden alertar a otros machos para evitar la confrontación mientras que las hembras podían elegir al que considerasen como mejor compañero”.

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