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Vía libre a las truchas: la retirada de la presa de la térmica “dará vida” al Nalón

Los pescadores creen que la obra en Lada facilitará el ascenso de peces, pero piden eliminar obstáculos en los afluentes para alentar los desoves

La presa de la central térmica de Lada, en el río Nalón. | Fernando Rodríguez

El desmantelamiento de la central térmica de Lada traerá consigo la desaparición de la presa que la instalación tiene en el río Nalón. Una medida que, como apuntan desde el Principado y corroboran los propios pescadores locales, supondrá un notable aumento de la población de peces. Así lo asegura el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, en respuesta a una interpelación del diputado de Foro Pedro Leal Llaneza, relacionada con las acciones de eliminación de los obstáculos en los cauces.

Sobre la presa de Lada, el consejero asegura que su retirada “se realizará presumiblemente en fechas próximas al estar cerrada dicha central”. Eso, apunta Calvo, “servirá también para facilitar el acenso de peces migradores –en este caso principalmente truchas– por la cuenca del Nalón”. Los pescadores están en la misma sintonía que el Consejero. “La eliminación de obstáculos favorece a la vida de los ríos”, señala Arturo Álvarez, presidente de la asociación de Pescadores y Amigos del Nalón.

Los pescadores aplauden la retirada de la presa de la térmica de Lada. “Una vez que la actividad económica cesa, lo suyo es restituir el río a su forma inicial”, destaca. Esta postura contrasta con la que mantienen desde la sección de piragüismo del Club Natación Langreo, que hasta hace unos meses entrenaban allí. “Ellos pedían el mantenimiento de la presa, pero tienen otras posibilidades para entrenar como el pantano de Trasona y, próximamente, el de Tanes”.

La presa de la térmica de Lada es un obstáculo importante para la población de peces en el río Nalón, aunque no es el único. “Hay presas más abajo que siguen siendo un obstáculo, pero al menos quitamos uno de ellos, la idea es restablecer los flujos migratorios de los peces, tanto en la cuenca principal como en los afluentes”, afirma. En el caso de estos últimos, “no están sujetos a regulaciones y los desoves en la cuenca principal son imposibles, con lo que la función de repoblación natural en los ríos pasa por los afluentes”.

Sin embargo, en la actualidad hay afluentes del río Nalón con “obstáculos insalvables, algunos que necesitarían incluso obras de derribo, mientras que otros se arreglarían con una limpieza”. También destaca que, en algunos casos, “hay obstáculos que no tienen mucha altura, pero con las riadas se acumulan las piedras encima y sí acaban convirtiéndose en un problema”.

La asociación de Pescadores y Amigos del Nalón solicitó hace unos meses a la consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial una serie de medidas en dos cauces, en Laviana y San Martín del Rey Aurelio, para la eliminación de este tipo de obstáculos. De momento no han recibido respuesta a su demanda.

En la solicitud, que se presentó ante registro, el colectivo de pescadores daba cuenta de que el tramo medio del alto Nalón y su caudal “está sujeto a continuas variaciones en todas las estaciones del año, lo que hace que el desove de las truchas en el curso principal del Nalón esté seriamente comprometido, haciéndose prácticamente inviable por esas regulaciones de caudal propiciadas por las presas de Tanes y Rioseco”.

Debido a la dificultad para que los peces se reproduzcan de forma natural en el río principal, el objetivo es favorecer esta crianza en los afluentes. Y para ello, como ya habían señalado, es necesaria la eliminación de los obstáculos artificiales. “Muchos de ellos ya no tienen razón de ser, y son insalvables, al no reunir condiciones en su base para permitir el remonte de los ríos por las truchas”, destacaban en su escrito.

Impedimentos

Para los pescadores, los obstáculos prioritarios a la hora de su eliminación están en el San Silvestre –de 6,58 kilómetros de largo y una cuenca de 1.624,4 hectáreas– y el río Tiraña, de 7,21 kilómetros de largo y una cuenca de 1.666,5 hectáreas. En el primero se solicita la eliminación de un azud de mampostería que de 18 metros de longitud y cuatro de desnivel. Se trata de una estructura que en el pasado derivaba el agua hacia un antiguo lavadero de carbón de Hunosa que hace ya décadas que no funciona. “No tiene ningún uso y supone un impedimento para los peces, no lo que no tiene ningún sentido que se mantenga en pie”, apuntó Álvarez.

En el caso del río Tiraña, el obstáculo es una planta de hormigón con una anchura de ocho metros ubicada en los doscientos últimos metros del río. En el momento que se hizo el estudio, la lámina de agua no superaba los tres centímetros. La solución propuesta por los pescadores pasa por “rebajar considerablemente la cota del lecho del río y hacer un cauce a dos niveles” de forma que “se garantice el correcto encauzamiento tanto en aguas altas como en épocas de estiaje”. Para esta obra, “sería necesario solicitar el arreglo a los distintos organismos propietarios de las infraestructuras que ocasionan el obstáculo”. Una segunda opción sería “afectar únicamente el trazado transversal del río, incrementando la cota del fondo de la plancha de hormigón en la coronación del salto”.

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