El Museo de la Minería y la Industria (MUMI) de El Entrego también se ha contagiado de la epidemia de cierres que en los últimos dos años han sufrido los equipamientos turísticos y culturales como consecuencia de las restricciones derivadas de la pandemia. El centro cerró el ejercicio de 2019, el último sin covid, con 62.000 visitantes. En cada uno de los dos últimos años, los de la pandemia, el balance apenas se ha acercado a un tercio de esa cifra. Las previsiones para este año, no obstante, son optimistas y los responsables del complejo esperan retomar los números anteriores al covid-19 y colocarse en 60.000 turistas al final del año, siempre y cuando la evolución de la pandemia esté contenida y no obligue a nuevos cierres temporales.
Así lo explicó el gerente del museo, Santiago González Romero. “El impacto de la pandemia ha sido importante. En el año 2020 solo pudimos abrir 183 días y en 2021, un total de 204. Incluso tuvimos que hacer un ERTE para la plantilla”, apuntó el responsable del centro cultural de El Entrego. Esa situación se tradujo en una caída exponencial de las visitas: 18.000 turistas contabilizados en 2020 y 23.000 al año siguiente, mínimos históricos de la instalación, que en 2019 era el tercer museo de la red regional más visitado, tras el Museo Jurásico y el Bellas Artes. Estas restricciones supusieron que en esos dos últimos años se perdieron dos tercios de las visitas.
Antes de la irrupción de la pandemia, el MUMI había tenido en 2014 la peor cifra de visitas de su historia, por debajo de las 55.000 personas. Incluso en el año de la apertura del centro cultural, en 1994, se había constatado un mayor volumen de visitas. La afluencia había conservado en los años siguientes una evolución al alza, con tímidos altibajos, hasta lograr en 2007, un año antes de que comenzase la crisis económica, sus mejores resultados históricos, con 105.261 visitantes. Tras diversos altibajos, en los últimos años se había estabilizado en los 60.000 turistas anuales.
Para este año 2022, las expectativas son buenas, siempre y cuando la pandemia no vuelva a torcer los planes y se decreten medidas restrictivas. “La previsión que tenemos en principio, siempre con la cautela de ver cómo evoluciona la situación sanitaria, es alcanzar los 60.000 visitantes al final del ejercicio, con los que volveríamos a las cifras anteriores a la pandemia”, expuso González Romero.
La vuelta a esos volúmenes de visitas también será importante para las arcas del Museo de la Minería, que sufraga su actividad principalmente con los recursos que genera, con una dependencia menor de las subvenciones que otros centros museísticos.
Pare este año, explicaron los gestores del centro ubicado en El Entrego, se maneja un presupuesto de 518.714 euros, de los que se calcula que 385.000 sean ingresos propios: 340.000 de la venta de entradas y 45.000 aportados por las ventas de artículos en la tienda. El Principado destina 85.714 euros, mientras que las empresas que están en el patronato del centro (Maxam, Orovalle, Hunosa y Bayer) colaboran con una aportación de 48.000 euros.
El Museo de la Minería de El Entrego fue pionero en España, el primero en poner en valor la actividad extractiva en Asturias. En el valle del Nalón hay ahora otros dos equipamientos turísticos que aprovechan el tirón de la minería, el pozo Sotón de Hunosa y el Ecomuseo del Valle del Samuño.
