Es una de las explotaciones mineras más antiguas de Europa. Y ahora recibirá una importante inversión para que sus terrenos puedan tener otra vida más allá de ese uso. La descontaminación de los terrenos del poblado de Rioseco y las minas de Texeo comenzaba ayer gracias a los 1,2 millones de euros de los fondos de Transición Justa –antiguos fondos mineros–, que se van a destinar a esta actuación, que supone el primer paso para que Riosa desarrolle su ambicioso plan turístico para impulsar un gran parque en el Aramo, y para unir sus dos tesoros, las minas y el Angliru.
Al acto asistieron, además de la propia alcaldesa de Riosa, Ana Díaz, la viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático, Nieves Roqueñí, y la directora general de Energía, Belarmina Díaz. También responsables de la Asociación Comarcas Mineras (Acom), como el vicepresidente y alcalde de Morcín, Mino García, y la secretaria general, Carolina Morilla.
“Es un día especial y emotivo, llevamos mucho tiempo esperando estos fondos, y hemos peleado mucho para conseguirlos”, señalaba la regidora riosana. Y es que los 1,2 millones para descontaminar Texeo ya se había incluido en las actuaciones del plan minero 2013-2018. “Algunos nos tachaban de ilusos, pero hoy aquí estamos”, indicaba Ana Díaz, que agregaba que “esta zona necesita un impulso importantísimo, porque no se puede dejar morir la historia”.
Durante el acto de inauguración de los trabajos, en el que se enterró un documento con la fecha de ayer, el proyecto y los asistentes al evento, Díaz también señaló que “esta es la llave que abre la puerta a un nuevo complejo y una nueva zona, en la que queremos desarrollar un proyecto ambicioso no solo pensando en Riosa, sino también en toda la comarca”. Como ejemplo del potencial dijo, la posibilidad de que el mirador de Texeo sea premiado internacionalmente, “hizo que el pasado fin de semana estuviese lleno de turistas”. “Imagínense cuando se puedan realizar actividades, el potencial está claro”, finalizó.
Mientras, la viceconsejera indicó que “poder recuperar y descontaminar estos terrenos para darles un nuevo uso desde el punto de vista medioambiental, es algo que valoramos mucho”. Roqueñí señaló que los materiales que se van a poder encontrar en el subsuelo de las minas de cobre de Texeo son fundamentalmente “arsénico, níquel, cobalto o cobre”. “Esta sería un poco la asociación mineralógica que va unida al mineral que se extrajo en esta zona”. Además, la responsable regional explicaba el proyecto de descontaminación, que durará 8 meses. “Lo que se hace es una celda, una excavación que se adecua para que cuando llueve los metales estén recogidos”, inició, para proseguir: “se canalizan las cunetas y se hace una celda que se llama celda de seguridad donde iría el material que esté más contaminado”.
En el resto del terreno, agregó, “se restituyen las pendientes y se deja con una terminación que sea la de la zona de alrededor”.
