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Luz verde para la educación vial

El parque de Figaredo retoma la clases prácticas con escolares con el objetivo de frenar el mal uso del extendido patinete eléctrico

José Manuel Fanjul, ayer, en el centro de educación vial de Figaredo. | D. M.

Más de 1.300 personas fallecieron en España en 2020 a causa de accidentes de tráfico. Esta lacra quedó temporalmente oculta ante el azote de la pandemia del covid-19. El parque de educación vial de Mieres ha permanecido cerrado durante dos años debido a la crisis sanitaria, privando a las nuevas generaciones de una valiosa herramienta para combatir imprudencias y negligencias que muchas veces cuestan vidas. Los escolares regresarán este lunes a las instalaciones de Figaredo. Allí se reencontrarán con un rostro familiar, el de José Manuel Fanjul, el Policía Local que desde hace años está al frente de este exitoso proyecto formativo impulsado por el Ayuntamiento de Mieres.

El parque de educación vial de Mieres recibía antes de la pandemia a más de 3.000 escolares al año. Niños de toda la comarca pasaban por las instalaciones ubicadas en Figaredo para ser instruidos en el conocimiento y respeto a las normas de circulación. José Manuel Fanjul retomó en octubre las clases teóricas en 17 colegios e institutos del municipio. “Hemos podido dar formación a 2.180 estudiantes”, destaca. Ahora ha llegado el momento de retomar las clases prácticas en Figaredo. “Contamos con poder recibir a más de 700 alumnos antes de que acabe este curso”.

La Policía Local de Mieres fue pionera en Asturias a la hora de poner en marcha un proyecto de educación vial orientado a escolares. Así, en 1990 abrió las puertas el parque de educación infantil de Figaredo. Los futuros conductores disponen de un circuito que simula un trazado urbano. Hay semáforos, señales de “stop”, de ceda el paso, y pasos de peatones.

El circuito puede hacerse a pie, opción poco atractiva para los inquietos niños que visitan el centro. También se puede transitar en bicicleta, sistema de locomoción que tiene sus adeptos, pero que tampoco satisface plenamente. Lo que “mola” es poder subirse en uno de los karts que custodia la Policía Local y darse una vuelta por el circuito en descapotable: “Eso es un premio para los que se lo ganan”, apunta Fanjul. “A los niños les encanta, pero les hacemos entender que todo necesita un esfuerzo; solo suben a los karts los alumnos que han mostrado interés en las clases y han demostrado que respetan las normas”, añade el profesor.

Preocupación

Este año, la flota de vehículos ha incorporado los patinetes eléctricos. La Policía Local de Mieres está preocupada ante la proliferación de estos vehículos y, sobre todo, por el extendido desconocimiento sobre su uso: “Muchos usuarios hacen un uso inadecuado de este medio de transporte, poniéndose en peligro a ellos y al resto de viandantes”, señala José Manuel Fanjul. El responsable del parque de educación vial de Mieres hará hincapié a partir de la próxima semana en la necesidad de extremar las precauciones y cumplir con las normas viales cuando uno se sube a un patinete eléctrico: “Muchos padres, por desconocimiento, dan instrucciones a sus hijos pidiéndoles que vayan suave y por la acera. Al intentar protegerlos los instan a infringir las normas”. El agente recuerda que estos vehículos deben circular necesariamente por la calzada. “La multa por un mal uso es de 200 euros y ya se han tramitado en Mieres varias”, destaca. “Hay que tener en cuenta que se trata de patinetes que pueden coger hasta los 25 kilómetros por hora, y que los ocupantes van sin ninguna protección. Tienen un grado de peligro que normalmente se infravalora”.

El centro de educación vial de Mieres es un referente a nivel regional. Solo en Gijón funciona actualmente un complejo de estas características. Además, el Ayuntamiento asume los gastos de desplazamiento desde los colegios hasta las instalaciones de Figaredo, que han sido totalmente remozadas.

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