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El plan para recuperar Nitrastur incluye el derribo de una sola nave

Iberdrola, que destinará 500.000 euros a la demolición, prevé conservar el resto de las edificaciones, algunas de ellas con un alto valor patrimonial

La nave de Nitrastur que será demolida. | Fernando Rodríguez

La gran nave de abonos ternarios (fertilizantes que contienen nitrógeno, fósforo y potasio) es la única construcción de la antigua factoría química de Nitrastur que se derribará. El resto de las edificaciones, algunas de ellas con un alto valor patrimonial, serán conservadas. Así lo explicaron ayer los responsables de Iberdrola, la compañía propietaria de los terrenos. La firma vasca desembolsará 500.000 euros solo por el derribo de la nave, que supone el primer paso del plan de restauración y descontaminación del suelo, cuyo coste global está por definir.

Los terrenos de Nitrastur que son propiedad de Iberdrola (122.000 metros cuadrados) pertenecieron, hasta 2001, a la Sociedad Ibérica del Nitrógeno. Iberdrola los adquirió en una subasta pública, cuando ya estaban sin uso por razones estratégicas, al ubicarse el terreno junto al recinto de la térmica de Lada, ahora en proceso de desmantelamiento. Iberdrola pagó por la parcela más de dos millones de euros. La compañía vasca remarca que los terrenos estaban contaminados antes de comprarlos y que ahora acometerá de forma voluntaria estas labores de descontaminación para que el suelo pueda utilizarse para otros fines.

Desde la compañía energética indicaron que la cifra de 500.000 euros dada cuando anunció la puesta en marcha de las labores de recuperación de la zona “se refiere exclusivamente a la demolición de la nave NPK” –símbolos químicos del nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K)– y que “no hay cifras ni previsión en estos momentos de demoler ninguna otra”. También remarcaron que es el inicio de todo el proceso y “un paso importante”.

Los representantes de la multinacional señalaron que “por supuesto, se respetará la protección que tienen algunos edificios”, aunque remarcaron que “solo está previsto, de momento, derribar la nave de abonos ternarios, NPK, que no goza de ningún tipo de protección”. El Docomomo, la organización internacional creada en 1990 destinada a proteger lo mejor del patrimonio del movimiento moderno ha inventariado El Nitrógeno como uno de sus mejores ejemplos en España. En concreto, ha inventariado cuatro de sus elementos: el depósito de nitratos, el almacén de sulfatos, la chimenea de refrigeración y la marquesina de los vehículos, que fueron catalogados por el Ayuntamiento.

Según las previsiones de Iberdrola, la primera fase de los trabajos se centra en la retirada de residuos y acondicionamiento de la superficie, para comenzar después la demolición de la nave de abonos ternarios del complejo, que incluye la segregación y tratamiento de todos los materiales que fueron empleados en la construcción. La empresa asturiana Esfer es la encargada de estas labores, en las que Iberdrola invertirá 500.000 euros y generará 15 empleos en la zona.

La compañía vasca –que “muestra así su compromiso con el desarrollo de la comarca de Langreo en la búsqueda de proyectos e iniciativas de desarrollo económico ligado a las oportunidades que ofrece la transición energética hacia una economía descarbonizada”– quiere que los trabajos supongan los “primeros pasos del camino hacia un futuro con proyectos en los que Langreo se convierta en referente”. Por ahora se desconoce cómo se gestionará el suelo liberado.

La Sociedad Ibérica del Nitrógeno operó en la zona entre 1954, cuando finalizaron los trabajos de construcción de la fábrica, y 1997. La actividad de la planta se centró en la fabricación de nitratos y sulfatos. El resto del suelo de la zona, hasta los 200.000 metros cuadrados, pertenece a la empresa Regisa (Recreativos de Gijón, S. A.) y a pequeños propietarios.

Iberdrola también inició a finales del pasado año las labores de desmantelamiento de la central térmica de Lada. Se trata de un proceso que se alargará durante tres años y que costará 17 millones de euros.

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