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Los vecinos de Pénjamo reclaman más seguridad y limpieza para el barrio: "Hay puntos de venta de droga"

La alcaldesa del pueblo denuncia que hay “problemas de convivencia” y exige más atención para la zona

Beatriz Álvarez, Lucía Hernández y Enrique Ibáñez, antes de la reunión.

Medio centenar de vecinos del barrio felguerino de Pénjamo se reunieron esta semana para demandar una “clara mejora en la seguridad de la zona”, donde denuncian hay al menos “dos puntos de venta de droga que todo el mundo conoce”, además de “cuatro familias muy conflictivas” que “enturbian la convivencia en todo el barrio”.

La alcaldesa de pueblo de Pénjamo y Granda, Lucía Hernández, organizó el encuentro vecinal, en el que además de residentes también acudieron gestores de fincas. Tal y como subrayó, el barrio está “molesto con su situación”. A la inseguridad hay que sumar “la suciedad”. Y es que si bien gracias a una serie de escritos se logró que los barrenderos pasaran todos los días por la zona, “esta semana ya no es así”. Además, “la falta de civismo de algunos” hace que “lo que se limpia a las 12 esté sucio ya un par de horas después”. Lo más grave, eso sí, es el clima de “conflictividad” que en realidad “solo alimentan cuatro familias conflictivas, cuando este podía ser un barrio tranquilo y bueno para vivir”.

Hernández subrayó que “sabemos que en la zona hay al menos dos puntos de venta de droga”, y reclaman que “se puedan desarticular”. También se han producido robos en el barrio, “en la calle Mayor, en un piso de planta baja, una persona dejó la ventana abierta para ventilar. Le entraron, se llevaron un ordenador y 300 euros”. También se roba en los portales abiertos, las carboneras... “La Policía está desbordada”, lamenta la alcaldesa de barrio.

Sobre la convivencia vecinal, subrayó que “no es cuestión de racismo, porque entre las personas conflictivas hay gente de todo tipo”. En la reunión vecinal se acordó intentar aplicar una normativa de “convivencia”, como ya existen “en Gijón o Avilés”. Además, Hernández denuncia que el colegio del barrio (Benjamín Mateo) el ascensor “se estropea cada poco. Sería necesario uno nuevo”, porque además hay niños “con discapacidad” en el centro.

Pénjamo, en resumen, pide más atención para el barrio, que se siente abandonado –la problemática de las piscinas cerradas es ejemplo de ello–. “Hay que hacer más para mejorar el barrio”, reclamó Lucía Hernández, que agradeció la colaboración prestada por el colectivo “Por Asturias, por Langreo” para organizar el acto.

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