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Una nueva vida para el colegio San José

El equipamiento de Sotrondio ha despertado interés para ser un geriátrico y un centro de día, unos proyectos que no han fructificado

Preparativos en las aulas del colegio San José, el pasado mes, para la llegada de los refugiados. | F. Rodríguez

Fue en julio de 2019 cuando el colegio San José de Sotrondio cerró sus puertas, acabando así con 95 años de labor docente en el colegio concertado. El centro volvió a abrir sus puertas, aunque de forma temporal, el pasado mes de marzo para acoger a un centenar de refugiados ucranianos, volviendo a echar el cierre días atrás, una vez que consiguieron casas de acogida para todos. ¿Y ahora? Pues todavía queda la esperanza de que el colegio pueda reabrir de forma continuada, eso sí, con un fin distinto al educativo.

Son muchas las opciones que se abren. Tal y como ha podido saber este periódico, en el pasado ya se analizó la viabilidad de utilizar el inmueble como un centro de día. Y también como una residencia geriátrica. Sin embargo, estos dos proyectos no fructificaron por ahora y el centro se mantiene cerrado. Esto no quiere decir que las instalaciones no puedan despertar en el futuro el interés de un inversor que quiera reconvertirlas. El propio alcalde de San Martín del Rey Aurelio, José Ángel Álvarez Fernández, “Quirós”, aludió a este centro durante una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA donde hablaba de los edificios parados en el concejo. El regidor señalaba que “existe una responsabilidad de la propiedad, tienen que hacer algo con ellos”. Daba cuenta de que estos inmuebles, entre ellos el colegio San José, “son referentes para el concejo, que forman parte de la vida de San Martín. Algún interés hay y deben escuchar las ofertas que haya”.

La situación que vive el colegio San José no es nueva. Algo muy similar le ocurrió al colegio Santo Tomás de Aquino, en el distrito langreano de La Felguera, que echó el cierre en 2017 para fusionarse con el Beata Imelda. El edificio permanece cerrado, pero llegó a ofrecerse en exclusiva a través de una inmobiliaria de la zona con un alquiler de 6.000 euros anuales. Y al igual que ocurrió con el colegio San José, también se valoraron diferentes propuestas, aunque ninguna fructificó. Otro ejemplo es el colegio La Salle del distrito langreano de Ciaño, cerrado en 2018 ante la falta de alumnos. Este caso es distinto, ya que el inmueble es de titularidad regional. Tampoco se ha conseguido darle una segunda vida. El Principado se lo ofreció al Ayuntamiento de Langreo para que hiciese un hotel de asociaciones, pero la entidad local lo rechazó debido a que el estado del edificio hacía imposible que el municipio se pudiera hacer cargo de su reparación.

Movilizaciones

En el caso del colegio sotrondino, el cierre se acabó consumando en el verano de 2019. De hecho, en los años anteriores se habían organizado varias movilizaciones contra el cierre de aulas donde participó tanto la comunidad educativa como los propios vecinos porque, tal y como aseguraban entonces, cumplían con los criterios exigidos por el Principado. Pero llegó el día del cierre y el centro se despidió por todo lo alto con una celebración en la que reunieron tanto a alumnos como exalumnos del centro. Entre ellos, el presidente del Principado, Adrián Barbón.

Estuvo cerrado desde entonces, hasta el pasado marzo. En un mes acogió a un centenar de ucranianos que escapaban de la guerra Covadonga Fernández –exdirectora del centro y una de las coordinadoras del dispositivo de acogida que se organizó en el concejo a través de la ONG Expoacción– hizo balance para señalar que “a sido una labor muy compleja”, explicó Fernández, argumentando que el inmueble “funcionó como punto de acogida de los refugiados, se les gestionaba la documentación y reubicamos a todas las familias”. Un trabajo duro, pero que ha sido “muy gratificante”.

La puerta sigue abierta y es posible que, en un futuro no muy lejano, el inmueble del colegio San José renazca convertido en un centro que ofrezca otros servicios necesarios para la comunidad. Se escuchan ofertas.

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