Jessica González cree que “debería haber tantas horas de educación física a la semana como matemáticas o de lengua”. Estudia cuarto de la ESO en el Instituto Cuenca del Nalón de la Felguera y está convencida de que es necesario aumentar el tiempo dedicado al deporte en la enseñanza. De la misma opinión es su compañera Yarisa Jiménez que ayer estaba encantada de haber salido del centro educativo para practicar deporte en el parque nuevo de La Felguera. “Está muy bien salir al mundo, es la primera vez que hacemos educación física en la calle”, afirmaba.
Las dos participaron, junto al resto de alumnos de cuarto de la ESO y primero de bachillerato, en la celebración del Día de la Educación Física en la calle, una iniciativa que surgió hace años en Asturias y que con el paso del tiempo se ha extendido por toda España.
Cristina Sánchez y Darío Rodríguez, los profesores de Educación Física del instituto langreano, organizaron una carrera de orientación por la zona verde más cercana al centro educativo. Los participantes, por parejas, tenían que encontrar en el menor tiempo posible las ocho balizas colocadas a lo largo de un recorrido de cerca de dos kilómetros. El tiempo medio invertido por los grupos para conseguirlo fue de 10 minutos.
Con esta actividad los profesores pretendían “sacar la Educación Física a a calle y que la gente vea que no consiste solo en dar vueltas corriendo al patio del Instituto”, subrayó la profesora.
Al parque se acercó también Ángeles Peláez, jubilada hace tres años y que durante décadas fue profesora de Educación Física en el mismo instituto. “Es muy necesario que se vea lo que se hace en los centros”, aseguró, en insistió en que “también es muy necesario que se incremente el número de horas de enseñanzas deportivas”. La profesora jubilada explicó que “por lo menos desde 1986 se mantienen las dos horas semanales de Educación Física y en segundo de Bachillerato ni ESO, porque no hay”,
Más de una treintena de estudiantes langreanos corrieron por el parque para defender estas enseñanzas, para demostrar que no todo es jugar al baloncesto, al fútbol o al voley como si de pasar el rato se tratase. Ellos le dan importancia al deporte y también a esa sensación de sacar el aula a la calle, de disfrutar de una actividad especial y abrirse al resto de la ciudad.
