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La concurrida cita dominical con la venta ambulante

La distancia social, "vacuna" contra los carteristas: caen los hurtos al ampliarse el mercadillo de Mieres

El aumento de la separación entre los puestos, medida adoptada en la pandemia, acaba con las aglomeraciones y dificulta la extendida práctica de los pequeños robos

El mercado dominical, ayer, visto desde un edificio de la calle Armando Palacio Valdés. | D. M.

El mercado dominical de Mieres se expandió hace ya casi dos años para dar más amplitud a un espacio comercial que reúne cada semana a más de un centenar de vendedores ambulantes. La medida, asumida inicialmente para cumplir con las normativas de distancia social que se impusieron en la fase más cruda de la pandemia, se ha regularizado con carácter permanente. La nueva disposición ha aportado un provecho inicialmente no contemplado. La intensa actividad de carteristas que históricamente ha soportado el mercado se ha reducido drásticamente.

Juan Carlos García, en su puesto de la plaza. | D. M.

“Eran sobre todo mujeres que actuaban con una enorme habilidad, normalmente trabajando en equipo para no ser descubiertas”, explica Juan Carlos García, cuyo puesto de aceitunas lleva más de medio siglo siendo un referente de la plaza mierense. “Habitualmente se ponían dos mujeres junto a la víctima, con los brazos cruzados o simplemente a la vista para no levantar sospecha, y una tercera asaltante metía la mano por debajo sin ser vista para hacerse con el botín”, explica Ramón Llaneza, asiduo del mercado: “Todos sabíamos que andaban merodeando por aquí durante la mañana, pero es imposible no relajarse mientras das un paseo entre los puestos”, señala otra vecina, que prefiere no dar su nombre.

La nueva ordenación del mercado, con los puestos mucho más separados tras ampliar el radio de calles incluidas en la concurrida zona comercial dominical, ha supuesto un desahogo, acabando con las aglomeraciones. Lo que en principio buscaba principalmente garantizar una distancia social algo más saludable, se ha convertido al tiempo en una protección contra los maleantes.

Fuentes de la Policía Local consultadas por este diario reconocen que el número de hurtos ha descendido notablemente durante los concurridos domingos mierenses. Los comerciantes lo perciben claramente: “Con los tumultos, las carteristas actuaban como en la sombra sin ser fácilmente descubiertas”, señala Valdemar Fonseca, que lleva más de treinta años acudiendo al mercado con su puesto de alimentación y golosinas: “Ahora, al estar el espacio mucho más despejado, prácticamente no hay robos”, destaca este veterano comerciante.

La reorganización del mercado dominical de Mieres ha dejado, en general, satisfechos a los comerciantes. “Estamos muchos más cómodos y todo está bastante más ordenado”, apunta Juan Carlos García: “La gente se siente más segura y cómoda”, remarca Valdemar Fonseca. Y añade: “Antes estaba todo muy revuelto, sin contar que si un día llovía la gente se iba golpeando con los paraguas debido a la falta de espacio”.

El primer precepto de la reorganización municipal fue cumplir con las distancias entre puestos, tanto entre expositores como en los frentes. Además, la propuesta incluyó distribuir a los vendedores por sectores: alimentación separado de textil. La medida conllevó ampliar la cobertura de calles, sobre todo con la ocupación de la parte central de Manuel Llaneza, la principal avenida del casco urbano.

Clientes y visitantes también están satisfechos con la iniciativa adoptada hace ya casi dos años. “Ahora tienes más espacio para pasear. Sigue habiendo ambiente sin tener que chocarte con la gente e ir a trompicones”, señala María Iglesias. “Antes casi no te podías parar a mirar los puestos, ya que te juntabas con el de al lado y estabas incómodo”, aseguraba ayer otra vecina.

La plaza

La aparente mejora de la que parece disfrutar el popular mercado dominical de Mieres contrasta, no obstante, con la depresión que se ha instalado en el interior de la plaza de abastos, corazón durante décadas del eje comercial de la ciudad.

El popular mercado cubierto de Mieres fue inaugurado en 1907 y actualmente se encuentra bastante deteriorado. Los propios empresarios del entorno han reclamado que sea sometido a un saneamiento debido a su mal estado de conservación. El Ayuntamiento asumió ese compromiso hace un par de años y desde entonces trabaja en dar forma a un proyecto. La administración local ha decidido que la mejora no debe ser únicamente estética, sino que pretenden también “modernizar el espacio y potenciar su funcionalidad”. La actuación entroncará con de peatonalización del entorno de la plaza, que se culminará este año con la adecuación de los viales. Esta medida no ha encontrado apoyos en el interior de la plaza.

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