Un viaje en el tiempo. Esto es lo que sintieron hace unos días los alumnos del IES Jerónimo González de Sama, que abrieron las “cajas del tiempo” que cerraron hace cuatro años, cuando empezaban su andadura en el centro educativo. Pese a su juventud, muchas cosas han cambiado en este tiempo: desde algunas aficiones a ciertos pronósticos. Y claro está, también se declaró la pandemia, que cambió la vida a todos.

Un joven muestra su carné del Oviedo guardado hace cuatro años.

En el curso 2018-2019, alumnos 1.º de la ESO de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura, con su profesor José Alfonso González Castellanos, llevaron a cabo un pequeño experimento: hacer una “caja del tiempo”, en la que guardaron “objetos que les hacían ilusión y un texto hablando del objeto y cómo se verían en 4 años”. Tal y como explica el profesor, “¡Quién iba a decir que pasarían tantas cosas este tiempo!”. La caja se abrió hace unos días, cuatro años después que fuera cerrada. Los alumnos, ya en el último curso de la ESO (4.º), revivieron “ emociones, hubo muchas risas, pero también llantos al recordar cómo eran y las cosas que han cambiado en estos cuatro años”.

En la caja, tal y como explica el profesor, “había de todo, unas punteras de baile rítmico de dos alumnas una de ellas ha tenido que dejar la práctica. También había un póster del campeonato de España de Gimnasia de trampolín al que la alumna le tenía mucho cariño y que solo le daban a las competidoras. Había fotocopias de los discos y la entrada del grupo CNCO del que una alumna era muy fan, pero sus gustos han cambiado”. Otro joven “dejó una réplica de un coche Ford Galaxie del 64. Su idea era ser mecánico y sigue siendo la misma, ahora conduce coches eléctricos de control remoto”. Otra alumna “dejó un maillot de gimnasia, actividad que dejó en estos cuatro años, y en el texto su ilusión era vivir en Sama y tener claro qué estudiar, cuatro años después vive en Sama y quiere estudiar Bellas Artes”. Otros jóvenes dejaron libros, un cromo, o una fotocopia de su carné del Oviedo con un texto contando su primera vez en el Tartiere y la ilusión que le hacía ir al campo, y rematando el texto con un ‘Hala Oviedo’”. En definitiva, todo un viaje por el tiempo, y también por las emociones.