“Lo de Danone no tiene explicación”. Así de rotundo se mostró este domingo el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en una visita a Pola de Laviana junto a su “hermano” asturiano, Adrián Barbón y al alcalde del municipio, Julio García. Revilla cree que “cualquier empresa inteligente no se va de donde está porque ahora lo que importa no es el coste laboral sino los costes de traslado de mercancías”. El presidente cántabro no entiende que la empresa láctea cierre su fábrica de Salas “cuando tienen la fábrica a pie de obra y una materia prima de calidad absoluta”. Para Revilla la pérdida de 100 puestos de trabajo en una localidad como Salas “supone la muerte de un pueblo”.

Revilla llegó a Pola de Laviana invitado por Barbón y coincidiendo con una muestra de gastronomía cántabra en la localidad. “Ya tenía yo ganas de conocer el pueblo en el que nació mi hermano Adrián”, aseguró.

El presidente de Cantabria nunca defrauda y tampoco lo hizo en Laviana. Decenas de vecinos quisieron fotografiarse con el mediático político y el no rechazó ni una sola ocasión de dejarse agasajar. Es la política de la cercanía frente a la “política de la crispación”, que es como ve él la actualidad. El cántabro lleva 40 años en política “y antes había políticos duros y señorío, ahora hay un navajeo terrible que me deprime mucho”, aseguró.

Ya que en Laviana había ayer una feria gastronómica de productos de su tierra, Miguel Ángel Revilla, no pudo evitar hablar de las conservas, especialmente de las anchoas, y de los quesos. Aboga Revilla por una denominación de origen de anchoa elaborada con bocarte del Cantábrico. El presidente de Cantabria vería bien “una marca asturcántabra” de conservas. En ese mismo sentido hizo una defensa de los quesos de las dos regiones. “Entre Asturias y Cantabria tenemos una cantidad de quesos que no tiene nadie”, aseguró.

Pero para poder mantener esas actividades es necesario mantener la población en las zonas rurales y ahí uno de los grandes problemas es el lobo “que en Cantabria es una plaga que está haciendo una escabechina”. Revilla criticó que se haya declarado el lobo especie de especial protección. “Me parece muy bien que se proteja, pero hay que proteger más a las personas”, concluyó.

Revilla volvió a enseñar su teléfono móvil, de hace bastantes años, para asegurar que a él no le preocupa que le espíen con Pegasus. Además, en su opinión, “vivimos en un país seguro y estoy más seguro si sé que un centro que nos cuesta muchísimo dinero y hay 3.000 empleados vigila para que ningún país extranjero se meta en nuestras cosas y para que se preserve la unión de España. Si detectan que unos señores andan revolviendo para hacer una declaración unilateral de independencia, qué menos que pincharles el teléfono, no vaya a ser que haya alguien ayudando desde fuera, como el Putin este”.