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Daniel Gutiérrez Bernardo | Abogado, especialista en Derecho Mercantil

“La nueva ley mirará con lupa la actividad de los creadores de contenido digital”

“Un niño de 10 ó 12 años no sabe diferenciar si lo que le dice su ‘streamer’ favorito es consecuencia o no de un contrato de patrocinio”

Daniel Gutiérrez Bernardo. | LNE

Daniel Gutiérrez Bernardo pasó sus primeros años en La Felguera (Turón) y creció en Cabañaquinta (Aller). Estudió derecho y el año pasado fue incluido en la lista de los mejores abogados jóvenes de la Península. Ha estructurado, negociado y liderado operaciones nacionales e internacionales en sectores como inteligencia artificial, energías renovables, espectáculos públicos, videojuegos, o realidad virtual. Ahora, con 32 años, dirige su firma de asesoramiento jurídico, especializada en cuestiones como el derecho deportivo o la propiedad intelectual. Precisamente hace unos días, el 26 de abril, se celebró el Día Mundial de la Propiedad Intelectual.

–La primera pregunta es obligada. ¿Qué cree que ocurrirá entre Rusia y Ucrania, jurídicamente hablando?

–No soy el más indicado para tratar este asunto desde el punto de vista del Derecho Internacional, pero lo que no comparto, independientemente de la justificación que se pretenda esgrimir, es la teoría de la legítima defensa preventiva: “Yo te ataco antes de que me ataques o de que otros me ataquen a mí”. Si lo admitiéramos, nos moveríamos directamente hacia Philip K. Dick con su distópica “The Minority Report”. Todo dependerá de si Ucrania accede a la Unión Europea o de si la Corte Penal Internacional se toma en serio su trabajo. Si tuviera que dibujar una salida, hoy por hoy me decantaría por una división geográfica a la coreana con armisticio (sin acuerdo de paz definitivo) o por una anexión parcial de territorio ahora ucraniano por parte de Rusia.

–¿Funcionan las sanciones internacionales en estos casos?

–Son medidas restrictivas sobre el comercio en general, aplicables a múltiples sectores, que buscan evitar el despliegue militar por parte de la comunidad internacional. Su impacto no solo se notará en la Federación Rusa, sino en todos aquellos países que exportan de manera regular productos hacia ella. La peor parte, como siempre, repercutirá en las empresas y, sobre todo, en los consumidores. En un mundo interconectado segundo a segundo todos nos vemos afectados por los desastres humanitarios de este calibre.

–Trabaja a menudo con empresas “startups”. ¿Qué opinión le merece el ecosistema asturiano?

–Tenemos mucho talento. Aquí y fuera de Asturias. Talento que estoy seguro de que desearía volver, pero de momento esta tierra no es capaz de asumir el reto, por múltiples razones. Desde el sector público se trabaja con una propuesta sólida, pero no pueden lograrlo solos. El sector privado necesita involucrarse mucho más, no solo sirve con sumar de manera discontinua. Sin la experiencia, contactos, fondos, agilidad y oportunidades que brinda el sector privado, es casi imposible que en esta región se consolide un ecosistema realmente atractivo para cambiar la tendencia demográfica empresarial. Repito, el sector público no debe liderar esta tarea, debe hacerlo el sector privado. Esa es la verdadera fórmula del éxito. Ahora mismo, Asturias es una tierra de oportunidades para construir, en todos los sentidos. Así definiría el momento histórico en el que nos encontramos. De nosotros depende aprovecharlo.

–Este año trae consigo novedades en materia de propiedad intelectual.

–La futura aprobación de la nueva ley de comunicación audiovisual está levantando revuelo. No me cabe duda de que la actividad de los creadores de contenido digital será observada con lupa a partir de su entrada en vigor.

–¿A qué se refiere?

–No podemos consentir que las obras audiovisuales creadas por profesionales del sector, consumidas en sustitución de la programación televisiva, se salten a la torera las normativas existentes. Seamos realistas. Un niño de 10 o 12 años consume habitualmente contenido audiovisual de sus creadores de contenido favoritos en múltiples plataformas de acceso prácticamente universal. ¿Realmente sabe diferenciar si la silla o el teclado de trabajo de su “streamer” favorito se exhibe en pantalla como consecuencia de un contrato de patrocinio? ¿Qué decir de los productos que el creador de contenido consume, viste o promociona en directo o en diferido a través de múltiples canales con cientos, miles o millones de impactos? Y ya ni hablemos de la tributación de este tipo de operaciones, que pasan inadvertidas en la mayoría de las ocasiones por no implicar una entrega de moneda fiduciaria como contraprestación entre los implicados. Inaceptable.

–Cambiando de tema, ¿qué consejos le transmitiría a un emprendedor con un proyecto que busca financiación en el sector privado?

–Debe ser sincero y humilde sin renunciar a exponer con énfasis e ímpetu la propuesta de valor que traslada con su idea, proceso o producto. Para captar la atención de su objetivo debe convencerle de que confíe en lo que plantea con base en argumentos sólidos. Debe construir desde el “ser” hacia el “parecer” y no en el orden contrario. Además, debe ser consciente de que se enfrentará al mayor reto del mundo empresarial en cuanto pretenda escalar su proyecto: incertidumbre en todos los frentes. Adaptación constante. Creo que la palabra adecuada para definir lo anterior es resiliencia. Desgraciadamente, muchos perfiles de cierto éxito o reconocimiento popular, construyen desde el “parece…”. En inglés los denominan “snakeoilers”, que podría traducirse por el clásico “vende humos” de toda la vida.

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