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Los niños de Rioturbio programan su futuro

Alumnos del colegio de la localidad participan en un proyecto de robótica que les llevará a Budapest este verano

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Los niños de Rioturbio programan su futuro

Tienen entre nueve y diez años y estudian Primaria en el colegio público de Rioturbio en Mieres, pero Elena Pérez, Eric Álvarez e Inma Mondejar están viviendo una experiencia que posiblemente no olvidarán nunca. Son tres de los seis alumnos del centro que el próximo 19 de junio se irán a Budapest (Hungría) para participar en un campamento de verano con otros estudiantes de Hungría, Italia y Rumanía.

Alumnos y profesores de Rioturbio, Hungría, Rumanía e Italia en un aula del colegio. | D. O.

Todo empezó hace tres años, antes de que la pandemia del coronavirus cambiase el mundo. El colegio de Rioturbio entró a formar parte de los de los programas Steam, Proa y el Erasmus+ Ride y a utilizar la robótica como método de enseñanza transversal, en todos los cursos y en casi todas las asignaturas.

El proyecto se ha desarrollado conjuntamente con una empresa asturiana especializada en el desarrollo de espacios educativos de ámbito tecnológico (Obo). La directora del centro, Carmen Zapico, y Marina González Pérez, consultora educativa de la empresa Obo, estaban ayer entusiasmadas con en resultado. Esta semana es clave en el proyecto. Tras todas las complicaciones de la pandemia, un grupo de 22 profesores de los otros tres países implicados en el proyecto han podido viajar a Rioturbio y conocer en persona al alumnado y al profesorado.

Los europeos observaban como Elena Pérez trabajaba con su tablet y con su robot. “Es el conejo blanco de ‘Alicia en el país de las maravillas’, primero hicimos la estructura en la tablet, luego lo construimos y ahora estamos pasando el resultado final de nuevo a la tablet”, explicaba la niña mientras añadía, “tiene hasta el reloj en la barriga” moviendo la pieza.

Carmen Zapico detalla que el proyecto “se ha desarrollado en base al cuento de Lewis Carroll” a lo que la formadora añade que “nosotros elegimos ‘Alicia” pero también hemos trabajado con el Camino de Santiago, con ‘El Quijote’ y con otras tradiciones europeas”.

Así, al lado de Elena Pérez, su compañera Inma Mondejar muestra el trabajo que está realizando en su tableta con la protagonista del cuento, la propia Alicia.

Pese a la presencia de dos decenas de profesores extranjeros y pese a ser el centro de todas las miradas, los pequeños de Rioturbio estaban ayer concentrados en su trabajo en un aula de la segunda planta del edificio del colegio. Eric Álvarez (“acabado en ‘C’ por favor”) levantaba su tablet para enseñar el resultado casi final de su trabajo.

La directora destaca que “la innovación tecnológica es muy potente en el colegio y ya en su momento fuimos pioneros en el uso de tablets” y añade que este “es el único colegio de toda Asturias que participa en el proyecto” y por tanto que estará en el campamento tecnológico vinculado a la robótica (We Teach Robotics).

“En Eramus + se promueve la movilidad de los alumnos pero también de los profesores”, explica Marina González. Por el momento los niños no han viajado pero sí los profesores. En Budapest se reunirán todos los estudiantes de los países participantes. Los niños de Rioturbio viajarán acompañados de tres profesores, entre ellos la directora, y cuatro monitores. Que sean más adultos que niños tiene una explicación. “Es un proyecto muy inclusivo”, explica Carmen Zapico. Marina González detalla que “en el campamento habrá niños con necesidades educativas especiales, se harán mecánicas de grupo y trabajo en equipo con diferentes tipos de niños”.

Erasmus+ es una iniciativa de la Unión Europea que busca desarrollar futuros talentos en territorios con diferentes problemáticas sociales, como por ejemplo un alto riesgo de abandono escolar temprano. De ahí que el colegio de Rioturbio, en plena cuenca minera del Caudal, en el valle de San Juan, haya sido seleccionado para participar en el proyecto. A eso se suma el empeño de la comunidad educativa de poner en marcha formas de docencia que van mucho más allá de lo tradicional.

En el centro han convertido los problemas en oportunidades. El colegio es realmente grande, enorme, ya que fue diseñado para cientos de alumnos en la época en la que en la zona vivían miles de familias. Tras la decadencia de la minería el centro tiene tan solo 45 alumnos. Eso es ahora una ventaja, amplios espacios y una enseñanza muy cercana.

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